“Venimos en pijama porque es el día del niño y todos tenemos derecho a una casa y una familia”. Esta es la respuesta que los pequeños del CEIP Domingo Lozano de Málaga dan al preguntarles por qué han acudido al colegio esta mañana en pijama. El 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño y se conmemoran los aniversarios de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989).

Para reivindicar que se debe trabajar para proteger a los menores y que todos tengan un hogar en el que sentirse queridos, en los centros educativos de infantil y primaria de la provincia han dejado sus vaqueros, uniformes, jerséis y sudaderas guardados en el armario y han ido a clase en pijama, al igual que todos sus profesores. Ruth Sarabia, delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familia e Igualdad de la Junta de Andalucía asegura que actualmente en Málaga hay más de 300 niños en centros de acogida que necesitan una familia que les abra sus puertas.

Los tipos de familia de acogida se dividen en dos. Las de acogida extensa son aquellas que se hacen cargo de los niños de los que son parientes, por lo que serían tíos, abuelos o primos, por ejemplo. Por otro lado, se encuentran las ajenas, las cuales son personas sin ningún tipo de vínculo que abren sus hogares a todos los niños que lo necesiten. En este sentido, Sarabia ha asegurado que en Málaga hay 244 familias ajenas y 236 extensas, pero son necesitan muchas más.

A día de hoy, en Málaga hay 877 niños tutelados por la Junta de Andalucía, de los cuales 480 están con una familia, pero aún quedan más de 300 niños en los centros de acogida esperando un hogar. En este punto, la delegada de Inclusión Social, Juventud, Familia e Igualdad ha remarcado que “pese a que esos menores que están en nuestros centros tienen todas sus necesidades cubiertas, nada tiene que ver con el calor que produce una familia, el sentirse parte de ella y fomentar ese sentido de pertenencia durante ese tiempo en el que los padres y madres no pueden ocuparse de esos niños”. Asimismo, ha hecho un llamamiento a las familias malagueñas para que “sigan alzando la voz para que esos niños que siguen en centros que no hemos conseguido que tengan una familia, la tengan cuanto antes”.

Los niños del colegio Domingo Lozano en clase en pijama.

Con el objetivo de transmitir ese mensaje, los más de 300 niños del colegio Domingo Lozano y todos sus docentes han llegado con sus pijamas a las 9:00 de este lunes. La jornada ha sido como cualquier otro día. Los pequeños han estado en clase y en el recreo han jugado a la pelota, a juegos de mesa e incluso han regado el huerto. La única diferencia es que por el centro educativo han estado correteando alguna que otra Minnie, varios Stitch, el Grinch, dinosaurios, vacas, Pikachús, Spiderman, coches de carreras, o incluso varios perritos y gatitos, dependiendo de la vestimenta de cada niño. 

De igual forma, para que los más pequeños entiendan el porqué vienen en pijama y el mensaje que se quiere mandar con esta iniciativa, han estado haciendo actividades estos últimos días. Al entrar en una de las aulas y preguntarle que actividades han realizado, los más pequeños han explicado que “los mayores han pintando murales y nosotros hemos leído una poesía”. Ambas partes se han grabado y el centro educativo ha elaborado un vídeo mostrando todo el trabajo y leyendo un manifiesto en defensa de los derechos de todos los niños del mundo.

Algunos de los carteles que los alumnos del colegio Domingo Lozano han hecho.

“Todos tenemos derecho a tener un hogar”, es una de las frases que se repiten tanto en voz en off en el vídeo como en los murales que recorren las paredes del Domingo Lozano. En este sentido, Silvia Frey, directora del centro educativo, ha incidido en que “no solo trabajamos el derecho de los niños a tener un hogar, sino todos los derechos porque esta iniciativa es muy positiva”. Asimismo, también ha explicado que todos los estudiantes, tanto de infantil como de primaria, “son conscientes de que van en pijama porque tienen el derecho a tener una familia, a jugar y a que les cuenten un cuento”.