Nadie puede negar que los últimos años han estado marcados por la agitación a través de sus múltiples formas, como una dolorosa pandemia o dos conflictos bélicos de gran calado, que, sin lugar a dudas, han acabado por devastar la vida de muchas personas (cuando no directamente acabado con ellas). Pero, aunque a ojos vista pudieran parecer malos tiempos, cabe recordar que en este mundo, por más que las desgracias aprietan, éstas acaban por no ahogar, en gran medida gracias a quienes, formando un batallón solidario y desinteresado, dedican sus esfuerzos a procurar que esto no sea así, sirviendo a los demás, dándoles su apoyo, haciendo su vida más llevadera. Es por esto que el Grupo Joly, con el patrocinio de la Fundación Bancaria Unicaja, ha decidido crear un nuevo galardón, el Premio Imprescindibles, que el martes celebró su primera edición en el Gran Hotel Miramar, conducido por el director de Málaga Hoy, Antonio Méndez, y con el fin de reconocer el afán altruista que llevan por bandera ciertas instituciones, y que en Málaga cuentan con un mayúsculo ejemplo en el Centro Asistencial San Juan de Dios, perteneciente a la Orden Hospitalaria homónima. 

Un buen hacer que ha cosechado innumerables aplausos en los primeros cien años de vida de este centro, que precisamente se cumplen este 2023, y a los que se sumó la voz del director de Actividades Sociales de la Fundación Bancaria Unicaja, Miguel Gil, quien recordó que la institución "ha ido consolidándose año tras año en un ámbito tan sensible y omnipresente como la salud mental, representando un ejemplo de rigor y compromiso, y brindando una atención que en sus diferentes etapas ha sabido ganarse la certificación de todos", así como de numerosas generaciones que han tratado desde entonces y a las que ha dispensando un "trato de calidad, siendo la calidad hacer el bien a los demás, como señala uno de sus lemas, a la par que han ido progresando en psicoterapia y psiquiatría".

No obstante, subrayó, los métodos fueron elevados desde el momento de la fundación del centro de la mano del psiquiatra Miguel Prados, que destacó por "la humanidad y la modernidad de sus técnicas" que sirvieron para posicionarse en "una situación de liderazgo". 

El director de Actividades Sociales de la Fundación Bancaria Unicaja, Miguel Gil, durante su intervención.

Un suma y sigue de procesos asistenciales esmerados que le han validado para "revolucionar el panorama asistencial, instituyéndose a la vanguardia de la psiquiatría moderna y anticipándose en su compromiso", toda vez que el cuidado de este centro se caracteriza por poner el foco en "la responsabilidad con los demás y la lucha contra la exclusión social, piezas indispensables del estado de bienestar actual". Todo, a través de una "filosofía de fondo" que la institución "ha hecho escuela poniendo el acento en la persona y en su dignidad, procurando en todo momento su integración, su autonomía y su crecimiento". Y que en conjunto han servido para paliar "el estigma que hasta hace poco sufrían los afectados por estas patologías".

Algo que, como afirmó valiéndose de algunos datos, queda lejos de ser una "excepción". "Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas ha tenido que hacer frente a adversidades relacionadas con la salud mental. Una cifra que reclama que todos le demos el espacio que demanda". 

El I Premio Imprescindibles fue recogido por dos representantes del Centro Asistencial, el hermano Manuel Armenteros Moreno, superior de los centros de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios en Málaga; y José Luis Fuentes Valdés, director gerente. Fue este último el encargado de compartir unas palabras de agradecimiento con al auditorio, así como una breve semblanza del desempeño del centro desde sus orígenes. 

“Comenzamos nuestra labor hace 100 años, sin embargo, la atención a la salud mental ha estado presente en la orden desde hace 500 años. Un sólido compromiso inspirado en nuestro fundador, Juan Ciudad, después San Juan de Dios, quien sufrió en primera persona el trato indigno que recibían los denominados dementes en el siglo XVI. Una traumática experiencia  que le llevaría a entregar su vida a a los más vulnerables, para que fueran atendidos con la dignidad que merecen”. 

Fernando Ortega y Miguel Gil entregan el premio al hermano Manuel Armenteros y José Luis Fuentes.

Desde entonces, detalló Fuentes, sus seguidores han “procurado seguir con su labor hospitalaria”. Aunque no sin interrupciones, puesto que, como es sabido, tras la desamortización de Mendizábal, la orden tuvo que abandonar su labor sociosanitaria, para después retornar con más intensidad si cabe. La fundación del centro de Málaga, naturalmente, ocurriría años después de la muerte del santo, pero siguiendo su espíritu compasivo. “A los pocos años de su apertura, éste era ya el segundo sanatorio con mayor porcentaje de recuperación. 100 años después, esta casa de Dios, como a Juan de Dios le gustaba llamar a su hospital, sigue siendo la referencia en Andalucía, con cerca de 400 plazas para ambos sexos y habiendo acompañado a más de 12.000 pacientes en su proceso vital que sufren trastornos mentales graves, precisan atención psicogeriátrica o tienen discapacidad”. 

En la actualidad, asimismo, se están desempeñando en otras labores, colaborando con el Gobierno de España en este 2023 mediante la atención a refugiados de conflictos bélicos o poniendo en marcha un programa destinado a personas con pocos recursos. En cuanto a implantación, según enumeró Fuentes, sólo en el país cuentan con 15.000 profesionales y 3.000 voluntarios que colaboran en 80 hospitales. Eso sin contar a bienhechores y colaboradores externos. A nivel internacional, tienen presencia en 52 países a través de 400 centros, 65.000 profesionales y más de 1.000 religiosos. 

“Las dificultades en este camino son numerosas, pero las afrontamos con el convencimiento de que existen pilares firmes sobre los que seguir construyendo el futuro de nuestra misión centenaria”, concluyó Fuentes. 

Por su parte, el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, centró su intervención en la importancia que tiene que “la sociedad civil reconozca la labor de las asociaciones e instituciones sociales”, ya que la coordinación entre los sectores público y privado resulta una fórmula cada vez más productiva en distintos planos. También en el psicosanitario. “El tercer sector es imprescindible; siempre lo digo, las administraciones llegamos hasta donde llegamos y, donde no, están ellos. Hacen las cosas con más cariño, hacen más con menos recursos. Tenemos que seguir apoyándolos”. 

Francisco Salado en un momento de su discurso.

Un respaldo que la Diputación ha hecho efectivo este 2023 con el desembolso de “cuatro millones de euros destinados a nuevas instalaciones, furgonetas para poder hacer traslados y proyectos específicos para llegar a más personas”. Todo, con el objetivo de mejorar los medios materiales de aquellos que “se dedican a cuidar a quienes tienen más riesgo de exclusión social”. 

Salado también habló del Centro Guadalmedina, que trataba trastornos mentales, y donde está en funcionamiento desde marzo de 2022 la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) y al que próximamente se incorporará un hospital de día de salud mental infantil. Ligado a esto, el presidente de la Diputación versó, ya inmerso en un plano sanitario más general, sobre el proyecto de construcción del tercer hospital, que ya “tiene muy avanzados los trámites para su licitación”. 

También acudió a la cita el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien aseguró haber sido “testigo” de la andadura del centro en Málaga. “Han desarrollado un papel relevante a nivel mundial que es fundamental y revolucionario”, señaló.

Francisco de la Torre hablando al auditorio.

Aspecto que, en palabras del regidor, ocurrió desde el principio, y en contra de la idea que el imaginario popular poseía de las instalaciones de este cariz por entonces. “Ha sido siempre un lugar para humanizar y curar al paciente, no donde estabilizarlo para que no estuvieran estorbando en la sociedad; sino que han trabajado por incluirlos”.