La provincia de Málaga sólo ha ‘liberado’ tres espacios públicos del humo del tabaco

Dos áreas deportivas de Álora y el Parque de la Paloma de Benalmádena son las únicas zonas en la provincia, más allá de las obligatorias que marca la ley

La AECC pide a los ayuntamientos de Málaga que sigan el ejemplo de Sevilla y declaren zonas libres de humo

La Asociación contra el Cáncer pide que no se fume en la calle Larios ni en playas, terrazas y parques de Málaga

Un fumador en la calle Larios, en la que la Asociación Española contra el Cáncer propone que no se fume.
Un fumador en la calle Larios, en la que la Asociación Española contra el Cáncer propone que no se fume. / Javier Albiñana

La ley no permite fumar en hospitales, ambulatorios, farmacias, transportes públicos, interior de establecimientos de hostelería y centros de trabajo, entre otros sitios. Está prohibido y castigado con multas. Pero más allá de estas restricciones legales, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) lleva dos años batallando por liberar otros espacios públicos del humo del tabaco. Es decir, sumar zonas a las establecidas por la ley. Ha propuesto calles, plazas, parques y playas. Pero tras dos años con esta campaña, apenas ha conseguido tres en la provincia de Málaga.

A saber: el Parque de la Paloma de Benalmádena y el campo de fútbol y el polideportivo municipal de Álora. Esta semana –en la que justamente se celebró el Día Mundial sin Tabaco– también ha logrado que se declare evento libre de humo el encuentro de videojuegos Gamepolis.

Un balance demasiado escaso teniendo en cuenta que en España muere una persona cada 11 minutos debido al tabaquismo. Pero si no se avanza más a prisa no es por culpa de la AECC, que pone todo su esfuerzo en que en 2030 se llegue a la primera generación libre de humo en España. Es decir, que no fumen, que no hayan fumado y que tampoco estén expuestos a este humo.

El escaso inventario es resultado de las reticencias de ayuntamientos, instituciones, empresas y otros organismos a ir más allá de las limitaciones que marca la ley. Desde la AECC se aclara que en esos espacios públicos liberados no está prohibido fumar y por lo tanto tampoco se puede sancionar a quien lo haga –dado que no está penado por la ley–, pero se señalizan para promover que no se fume.

El objetivo es doble. Por un lado concienciar de que el tabaco es un hábito insano y por otro que los no fumadores no estén expuestos a un humo que “contiene más de 70 sustancias cancerígenas”.

La técnica en prevención de la AECC en Málaga, Marta Romero, insta a instituciones públicas y privadas a sumarse a la campaña de la Asociación: “Hacemos un llamamiento para que ayuntamientos, empresas y otros organismos se sumen a esta iniciativa educativa y de protección de la salud pública”.

Ya hace un año, la AECC lanzó a nivel nacional una recogida de firmas y la propuesta de que se avance en zonas libres de humo más allá de las fijadas por la ley. En el caso de Málaga, hizo una petición muy simbólica al promover que no se fume en la calle Larios. Iniciativas de este tipo requieren su aprobación por el Pleno municipal. Luego, la Asociación aporta la señaléctica para indicar que el espacio está liberado. “Es un gesto simbólico y educativo. No hay un policía multando”, precisa la técnica. Pero insiste en que es una forma de sensibilizar a la sociedad que el tabaquismo es perjudicial para la salud.

Y mucho... Romero recuerda que el tabaco es la primera causa de muerte prevenible y de 16 tipos de cáncer; entre ellos, los de laringe y pulmón. Además de ser uno de los principales factores de riesgo de patologías cardiovasculares, como infartos e ictus.

La AECC centra sus esfuerzos en los jóvenes, para que no entren o para que dejen el hábito tabáquico. La técnica de la Asociación advierte que se está produciendo en edades juveniles un “repunte de consumo” de nuevos productos, como los vapeadores o las cachimbas y que suelen ser “la puerta de entrada” al tabaco tradicional.

Según sus datos, el 33% de los fumadores jóvenes consumen los cigarrillos de siempre, mientras que casi el 40% opta por los nuevos formatos de cachimbas y vapeadores. También suele detectarse el consumo mixto.

“Sabemos que lo de liberar espacios públicos de humo genera controversia, pero animamos a los ayuntamientos a que se sumen. Al final, estas iniciativas suelen ser aceptadas y suponen un avance en la protección de la salud pública”, apunta Romero. A instancias de la Asociación, el Ayuntamiento de Sevilla prohibió en octubre pasado fumar en la Plaza de España y el parque de María Luisa, dos lugares emblemáticos de la capital hispalense.

Fuentes de esta organización contra el cáncer en Málaga apuntaron que también sería importante que se unan a la campaña los hosteleros. No se trataría de prohibir el tabaco en las terrazas –como durante la pandemia– porque una restricción de este tipo no está prevista en la ley, pero sí de promover que no se fume en esos espacios.

Porque o se avanza más de prisa en la liberación de humo tabáquico de los espacios públicos o no se llega a la meta de que dentro de siete años España tenga la primera generación libre de estas inhalaciones tóxicas.

El tabaco causa 3.500 tumores al año en Málaga

Más de un tercio de los tumores están relacionados con el consumo de tabaco. El alquitrán de cigarros y cigarrillos enferma allí por donde pasa: vías respiratorias, aparato digestivo y urinario. Por eso, los expertos estiman que al año, este hábito insano es la causa de unos 3.500 cánceres en la provincia de Málaga. Un dato al que hay que sumar los efectos sobre otras dolencias cardiovasculares, como ictus e infartos.

De hecho, los especialistas indican que si todos los fumadores dejaran el hábito tabáquico, habría una reducción de la mortalidad muy superior a la que consiguen muchos medicamentos o procedimientos.

En la actualidad, la incidencia del cáncer de pulmón en las edades más avanzadas es mayor entre los varones. Ello se debe a que fumar, hasta hace unas décadas, era sobre todo un hábito de los hombres. Pero a medida que baja la edad, ese impacto se va igualando por la progresiva incorporación de la mujer al tabaquismo.

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