20 AÑOS DE 'MÁLAGA HOY' | HISTORIAS DE LA REDACCIÓN

Sector inmobiliario, cielo e infierno

Celebración del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (Simed), en Málaga. Celebración del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (Simed), en Málaga.

Celebración del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (Simed), en Málaga. / JAVIER ALBIÑANA (Málaga)

ME pide mi querido y admirado Pablo Bujalance un artículo en el que recordar alguna noticia especial que haya publicado a lo largo de mis 17 años de carrera profesional en Málaga Hoy, un periódico que cumple ahora dos décadas, que estuve en su parto, que ha sido mi casa y al que le deseo el mejor de los éxitos. Me vienen a la memoria multitud de entrevistas, de recuerdos, de buenos y malos momentos y me resulta prácticamente imposible elegir una publicación concreta.

Recuerdo con cariño los reportajes que hice a varias familias que denunciaron el supuesto robo de bebés en Málaga en la década de los 60, 70 y 80. Gente humilde y trabajadora que siempre ha tenido esa espina clavada, esa intuición de que les quitaron al nacer a su hijo o hermano, y que finalmente nunca se ha podido demostrar en un juzgado en Málaga. Lo intentaron, lucharon por hacerse ver, porque se investigara, se hicieron test genéticos, pero quedó en nada.

Aunque hablara de bebés robados, mi especialidad en Málaga Hoy era la economía. Y, como pueden imaginar, 17 años a varios artículos al día dan para mucho. Me impactó especialmente el auge y posterior explosión del sector inmobiliario en la primera década del siglo. En estas páginas tuve la oportunidad de detallar esa montaña rusa económica que vivió Málaga. Como el precio de los pisos, especialmente entre 2002 y 2008, aumentaba por semana y como los bancos daban créditos casi sin mirar.

Los salones inmobiliarios como el Simed eran una oda a la fantasía del ladrillo, con grandes expositores, mucho canapé, corbata y risas falsas. Cómo olvidar los fastos de Aifos o Evemarina. Aquella burbuja reventó y a la crisis económica se le unieron operaciones como Malaya, a través de la cual el que fuera propietario de Aifos acabó incluso en la cárcel, entre otros. Cielo e infierno en apenas unos años. Todavía colean aquellos pufos y el ex propietario de Aifos -ya quebrada- sigue siendo uno de los mayores deudores a la Seguridad Social del país. La resaca del fiestón inmobiliario y financiero fue muy dura.

Como redactor de Economía una de mis funciones era seguir el día a día de Unicaja. Y también quería destacarlo, porque viví en primera persona cómo pasó de ser una caja de ahorros a un banco, a cotizar en Bolsa y hoy en día es el quinto mayor banco del país. Hicieron bien las cosas y no acabaron absorbidos, como ocurrió con otras entidades andaluzas como Cajasol, Cajasur o CajaGranada. Se habló mucho en esos años de hacer una gran caja andaluza. Los egos y las disputas territoriales lo impidieron. Solo Unicaja salió indemne y reforzada.

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