Los vecinos de La Palmilla han salido a la calle con lápiz y papel para recoger por escrito todas las carencias que padece la barriada. En esta ocasión, sólo se han centrado en las zonas de Huerta de la Palma y las conocidas como Casas Mata, pero han anotado hasta 270 reivindicaciones de una forma minuciosa. Cada arqueta rota, cada acera levantada, cada árbol sin podar. Y todo en el lugar exacto en el que se encuentra.

Algunos de los puntos negros detectados fueron expuestos ayer por los presidentes de los colectivos vecinales Óscar López y Francisco Aguado: "Hundimiento de acera (14 losas) y cuatro bordillos rotos en el bloque número 14 de calle Eresma". Sólo en esta calle, por ejemplo, los vecinos denuncian "un boquete sin tapar, falta una losa en el talud del bloque número 12, donde también existe una goma de riego sin soterrar y un contenedor de basura sin tapadera, además de 12 losas sueltas y otras cuatro rotas en el número 10". Sólo de esta calle, aparecen en el listado confeccionado por los vecinos hasta 17 déficits más. Y así con todas las calles.

Los vecinos llevaron este material a la Junta de Distrito del Ayuntamiento el pasado día 4 de septiembre y se quejan de que, desde entonces, ni siquiera han recibido una contestación.

Según denunciaron ayer López y Aguado, "aunque nos dijeron que habían remitido las carencias a cada una de las áreas municipales correspondientes, cuando hemos preguntado en estas áreas nos dicen que no han recibido nada", dijeron en referencia a Parques y Jardines, Medio Ambiente, Urbanismo o Servicios Operativos.

Las asociaciones de vecinos de Huerta de la Palma y las 503 viviendas anuncian que continuarán con su labor rastreadora. Los presidentes de los colectivos también denunciaron que hayan sido sustituidas algunas pistas deportivas por aparcamientos o que "hayan arrancado árboles del centro ciudadano Valle Inclán para trasladarlos al Parque Periurbano de la Virreina".

Los vecinos demandan que su trabajo no caiga en saco roto y ya han anunciado que no dejarán de intentarlo hasta que alguien valore su trabajo de campo.