Andrés Caro tuvo que buscarse una salida este pasado verano. Contractualmente su equipo ya no podía ser el Atlético Malagueño, debía formar parte del primer equipo. Eso complicó el plan acerca de su futuro inmediato como blanquiazul, no pudiendo estar en un escalón similar al de Murillo, con ficha del segundo equipo aunque a todos los niveles jugador del Málaga. El defensa fue cedido al filial del Real Betis para que reforzase su filial, que compite en el Grupo 4 de Segunda Federación, donde está empezando a confirmar lo que ya se intuía, que se trata de un talento prometedor y que con algo de suerte hará carrera en el mundo del fútbol. 

Al inicio de su estancia en la capital de la comunidad autónoma, el central encadenó varios problemas físicos que le alejaron del terreno de juego, pero, tras haber superado las lesiones, se ha asentado en el once inicial con un gran rendimiento y, durante varias semanas, formó una gran dupla con Nobel Mendy, que logró hacerse un hueco en el primer equipo a las órdenes de Manuel Pellegrini hasta que se lesionó.

El malaguista ya encadena 15 partidos en las filas del cuadro sevillano y 14 de ellos como titular en un equipo que está sumido en la lucha por el ascenso a Primera Federación, junto con dos equipos de la provincia malagueña, el CD Estepona y el Marbella FC. De esta manera, el futbolista está demostrando tanto regularidad como solidez defensiva y se debe de mirar con lupa después de los buenos resultados de las cesiones del pasado curso de Roberto Fernández, David Larrubia y Dani Lorenzo.

El problema es que esta cesión incluye una opción de compra que, en su momento, dio mucho de qué hablar y llegó a poner en tela de juicio el proyecto de cantera, que trajo Loren Juarros. El montante de esta operación sería de unos 185.000 euros y debería de comunicarse antes del 30 de mayo de 2024. A partir de este momento, el Real Betis tendría 30 días para hacer efectivo el pago al Málaga CF.