El hombre de moda ahora mismo en el Málaga es Antonio Cortés Heredia, aunque sigue insistiendo en que le llamen Antoñín. El delantero lleva dos goles en sus siete partidos con el primer equipo. Se estrenó ante el Cádiz aunque con derrota pero se quitó la espina ante el Oviedo, firmando un golazo y forzando un penalti. Y siempre que un futbolista joven destaca todas las miradas acaban apuntando en la misma dirección.

A esto hay que añadirle ese factor especial que entraña ser del Málaga, con un club desmembrado y que tiene que someterse a una fuerte reestructuración económica. Ante tal estado de necesidad, una de las primeras soluciones que se ponen sobre el tablero son las ventas de sus mejores futbolistas. Y las jóvenes promesas son los que más opciones y mejor mercado suelen tener.

Hay que tener en cuenta que también que el compromiso de Antoñín con el Málaga alcanza actualmente hasta el próximo 30 de junio, dándose un escenario similar al de Jack Harper la temporada pasada. Con la salida de José Luis Pérez Caminero y Joaquín Jofre, todo el peso recaerá ahora en Manolo Gaspar, director deportivo interino del club.

De momento, ayer pasaron por La Rosaleda dos de los representantes de Antoñín. El chico estuvo dialogando un buen rato con Jokin Bárcenas y Luis Carlos Fernández, de la agencia IS Sports, que además también se vieron con Álex Mula, otro de sus representados y que está atravesando una situación complicada después de quedarse sin ficha del primer equipo por los problemas del pasado verano.

Acerca de su futuro, Antoñín habló ante los medios tras la cita con el Oviedo y tiró de manual. Se mostró comedido y dirigió el tiro hacia el corazón. “Quiero estar donde estoy, siempre quiero tener al Málaga en mi corazón. Antoñín siempre con el Málaga, siempre que se pueda. Venga quien venga. La gente que esté tranquila porque tengo mi cabeza en el Málaga”, sentenció en la zona mixta del estadio para tranquilidad del malaguismo, excitado ante la irrupción de una nueva figura en ciernes. Y con ADN de la casa.

No son los únicos deberes que tiene Manolo Gaspar, que incluso antes de su nombramiento tenía la maquinaria en marcha ante las necesidades que pudiera tener el equipo con vistas al mercado de invierno. Y no son pocas. Porque además de los necesarios refuerzos, dadas las circunstancias habrá que cubrir las salidas que puedan producirse.