El Málaga continúa jugando sus cartas en el mercado de fichajes, con varios frentes abiertos y el objetivo claro de cerrar cuanto antes el capítulo de los extremos. Se ultiman flecos con Lago Junior, lo que dará cierta tranquilidad para tratar de pescar al pez gordo: Yanis Rahmani. Después está Arvin Appiah, que es el tercero en discordia y también el que menos gusta. De fondo, Juanjo Narváez.

En el caso de Lago Junior, una vez que termine de desvincularse del Mallorca, será libre para firmar con el equipo que quiera. El Málaga tiene desde hace días muy bien encaminada esta operación, pendiente de flecos para concretarse. Hay que recordar que la dirección deportiva blanquiazul lo tenía hecho con el atacante bermellón el pasado verano, pero Javier Aguirre se quedó sin bandas y se desbarató todo.

El gran objetivo, no obstante, siempre ha sido Rahmani. Cocinado a fuego lento desde hace muchas semanas, con la voluntad manifiesta del jugador por regresar a La Rosaleda. Es cierto que su situación en cuanto a protagonismo ha cambiado, pero al francoargelino le mueven también otras cuestiones para querer abandonar el barco armero. Tanto él como su agente tienen que apretar al Eibar para lograr el final que todos desean.

Con Appiah hay ciertas dudas porque el jugador no termina de asentarse en ninguna parte y tampoco está claro dónde quiere caer. Pero no quiere el Málaga demorar demasiado la contratación de los extremos. Al fondo, Juanjo Narváez, que estaba poniendo cierta resistencia a salir del Valladolid. Después se esperará a ver cómo avanza la operación salida y qué ofrece el mercado.