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Málaga CF - Algeciras: Por Sergio Pellicer (20:00)

La afición del Málaga anima.

La afición del Málaga anima. / Carlos Guerrero

Periódicamente, la vida recuerda que el fútbol es la cosa más importante de las menos importantes. En la víspera de que el Málaga CF cierre competitivamente un 2023 que deportivamente no deja de ser nefasto pese a la buena situación actual porque se consumó la salida del fútbol profesional tras 25 años en él, se conoció el fallecimiento de José Pellicer Díaz, padre del entrenador malaguista. El mister se había ausentado en las dos últimas sesiones de trabajo porque se desplazó hasta Castellón para estar con su familia en tan duros momentos. Y este sábado se conocieron públicamente los motivos. Unos días tristes y de pesar. La Rosaleda guardará hoy un minuto de silencio sentido con el entrenador y su progenitor en la mente.

La vida no da tregua y el fútbol sigue. Manolo Sánchez, la mano derecha del entrenador, siguió trabajando con el equipo estos días y preparando un partido capital absolutamente para vivir unas Navidades tranquilas. Llega por La Rosaleda el Algeciras, uno de los equipos que mejor está jugando en la categoría. Lleva 27 puntos tras 16 partidos y empata con el Antequera en el último puesto que da acceso a la fase de ascenso. El Málaga es el conjunto menos goleado del grupo con 11 tantos en contra, uno menos que el Algeciras, el segundo que menos encaja. La diferencia sí es mayor en los goles a favor ya que los blanquiazules acumulan 23 dianas y solo se quedaron sin marcar una vez (contra el Castilla). O sea, que los rasgos de identidad de los campogibraltareños no son muy diferentes de los del Málaga, aunque quizá con un punto menos de calidad arriba. A cambio, por fin puede alinear al delantero montenegrino Stefan Milosevic, que llegó con el final del mercado pero hasta ahora no había podido jugar por un problema burocrático derivado de su paso por Israel. Justo el viernes se comunicó que ya está dado de alta.

El Málaga llega a un partido esencial. Quedó un mal sabor de boca tras el partido ante el Mérida pese a la victoria por el mal encuentro realizado, pero la sensación ha ido mejorando con el paso de las horas. Ganar jugando mal no deja de ser un detalle de equipos grandes, lo que es el Málaga en el contexto de esta Primera RFEF. La jornada fue excelente para sus intereses, pero hay que seguir. Y ganar al Algeciras implicaría seguir en esos números de media inglesa de ganar en casa y empatar fuera, aunque las tornas hayan cambiado en los dos últimos meses. No gana el Málaga en casa desde que lo hiciera el 12 de octubre ante el Melilla. Desde entonces, empates con Castilla, Córdoba y Sanluqueño y derrota con el Alcoyano, partido que el entrenador visitante, Lolo Escobar, señalaba como espejo en el que mirar cómo hacer daño al Málaga.

Sin el sancionado Dani Lorenzo, titular en los últimos siete partidos de Liga, el cuerpo técnico tendrá que cambiar el once. Seguramente volverá Juanpe para formar línea con Genaro, se conocen bien desde que coincidieron en el filial del Sevilla. Habrá continuidad para Murillo, Víctor García parece con ventaja en el lateral izquierdo y se espera que el cuarteto de arriba, al que Escobar piropeaba de manera intensa (Kevin-Roberto-Dioni-Larrubia, tenga continuidad. Aunque el cuerpo técnico periódicamente cambia el guion para intentar hacerse menos previsible. Debe conseguirlo en una Rosaleda en la que los rivales han ido haciéndolo mella. Tras cuatro victorias de arranque, tres puntos de los últimos 12 posibles. No son números de un aspirante al ascenso. Debe voltearse de manera inmediata y con urgencia para aspirar a algo más que a ese cuarto puesto que ocupa en la actualidad. Un partido emotivo y con una dedicatoria obvia para el entrenador y su familia.

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