Es una situación compleja la del Málaga en este mercado de fichajes. El club solo ha incorporado hasta el momento a Sergio Buenacasa, que rescindió con la Ponferradina y llegó cedido aceptando ese mínimo salarial que establece LaLiga para la categoría, unos 40.000 por este segundo tramo de la temporada.

La del delantero fue la última bala que gastó el club en estos términos. El maño es la decimoctava ficha profesional que tiene inscrita el Málaga en Segunda División. Con esa cifra de 18, el organismo futbolístico no permite inscribir a más futbolistas con ese mínimo salarial de manera excepcional. El 19º debe entrar en parámetros normales en cuanto a salario y en estos momentos el Málaga sobrepasa ostensiblemente su límite, en circunstancias similares a las del inicio de la competición allá por agosto.

¿Y qué puede hacer el Málaga para inscribir jugadores? No es sencillo. Actualmente, la vía más factible para el club es la de dar salida a jugadores, pero no a cualquiera, sino a uno de los 18 que a día de hoy tienen ficha profesional, véase los casos de Lorenzo, Rolón o Keko, como piezas menos utilizadas ahora ahora y que menos están contando en el día a día. La salida de alguno de estos permitiría al club reemplazar sus fichas por altas en los parámetros excepcionales de LaLiga con el mínimo salarial, hasta alcanzar de nuevo las 18 fichas profesionales.

Por ello, las salidas de jugadores como Keidi Bare –con el Rayo Vallecano detrás de él y el Getafe ojo avizor–, Antoñín –el Getafe está apostando fuerte por él– o Iván Rodríguez –en conversaciones con la Ponferradina para su préstamo– no tendrían porque permitir al club fichajes y su posterior inscripción, ya que los ingresos no aliviarían el desfase actual con el límite salarial, aunque sí las arcas y la subsistencia económica del club. De ahí también que se estén negociando ventas que contemplen la permanencia de estos a préstamo hasta final de temporada.