El Málaga CF ya ha disputado en lo que va de pretemporada 360 minutos de fútbol. Cuatro amistosos ante Vélez, Sevilla Atlético, Alcorcón y Almería. Dos victorias, un empate y una derrota que, si bien importan poco en estos momentos, reflejan y aportan datos sobre el equipo de José Alberto López. El esquema, como se pudo ver en el doblete de partidos del sábado, parece que caminará posicionalmente por el 4-4-2, volátil cuando el equipo tiene la pelota. Es un buen punto de partida.

Si la temporada pasada, cuando el equipo mejor funcionó, posicionalmente se dibujaba un 4-1-4-1, este curso parece que se rompe con ese dibujo para implementar el 4-4-2. Al menos es el plan inicial, muy maleable como se pudo comprobar con Pellicer, que alteró numerosas veces el dibujo.

Larrubia ante el Alcorcón e Ismael Gutiérrez ante el Almería fueron los jugadores que acompañaron al 9 en la primera presión. Si bien es cierto que cuando el Málaga se hacía con la pelota, ambos jugadores cambiaban su rol. El malagueño pululaba por zonas de mediapunta, intentando aparecer entre líneas para generar mayor desorden, fue de los más destacados. En cuanto a Ismael, sí destacó más sus continuas apariciones en la zona de creación, con mayor vocación a jugar de cara.

Decía Paulino que ante el Almería, se vio "reflejado" que van "pillando muchos aspectos tácticos" que José Alberto quiere en sus jugadores. Es cierto que el duelo ante los rojiblancos, con un equipo que se puede asemejar mejor al que se verá en la primera jornada, dejó mejores sensaciones, un equipo más sólido, con mayor orden y con automatismos más claros en la presión y las transiciones. Más gris fue lo presentado por el equipo que saltó ante el Alcorcón.

Como notas individuales más destacadas aparecen Paulino y Hicham, de peligro constante. El físico de Escassi y la estabilidad que genera en la medular.  La evolución de Moussa, Caro o Kevin. O el compromiso de Jozabed o Lombán, que apuntan a ser una vez capitales fuera y dentro del campo.