Resultado y crónica del Logroñés - Málaga CF

¡VAR en Las Gaunas!

El Logroñes-Málaga CF, en fotos

El Logroñes-Málaga CF, en fotos / la otra foto

A ese clásico de la radio que fue en otro fútbol de vello y barro “¡Goool en Las Gaunas!”, se le cambia en estos tiempos modernos por el “¡VAR en Las Gaunas!”. Por acción y por omisión, lo que es más flagrante. Antes de meterle el bisturí a esto, cabe felicitar a un Málaga que está a diez puntos de la meta de la permanencia y está poniendo sellos al pasaporte de los sueños. "¿Why not?", que escribiría Rahmani. Pero lo del videoarbitraje no puede caer en saco roto.

El tanto del triunfo, ese solitario 0-1, fue anulado por el árbitro y tuvo que entrar el VAR con una repetición que no debió ser necesaria por lo claro de la posición de Rahmani. Lo peor vino después, para sumar a este desvarío tecnológico que no hay quien comprenda. No hay lógica que ampare que no se validase un gol de Luis Muñoz que botó más allá de la línea de gol y un consecutivo penalti por mano en el área tras un disparo del francoargelino. Bien que acertó en el otro gol anulado a Luis por fuera de juego. Dos no goles para el desatado 8 del Málaga.

El once no tuvo más que el cambio obligado del lesionado Ismael Casas que cubrió Alexander González. El problema es el sudoku del banquillo, a cuyas limitaciones habituales se le sumaron el positivo por Covid-19 de David Lombán y los documentos que no llegaron de Japón y dejaron al recién fichado Scepovic sin vestir.

Salió fuerte el Logroñés, como buscando cambiar el paso al Málaga y buscar un gol que desbaratase sus recientes maneras. Juan Soriano intervino para evitar el primer gol a los seis minutos metiendo el pie, aunque para ello acabó lastimado y teniendo que ser atendido sobre el verde. Tuvo otra clara en el 22’ tras encontrar las costuras a la espalda de Alexander González mientras los de Pellicer tenían ímpetu pero poca precisión en el último pase.

No encontraba su sitio en el tablero ante un Logroñés que presionó muy arriba y mantuvo una intensidad elevada. El incomodador incomodado. Los malacitanos eran intrascendentes en cada intento de progresar. Conducciones a ninguna parte, pases sin futuro.

A cinco minutos del descanso Juan Soriano tuvo que dejar muy atrás sus dominios para frustrar un contragolpe venenoso. Y justo cuando parecía que el descanso sería lo mejor, llegó el gol del Málaga. Forzó un córner del que brotó un gran cabezazo de Caye Quintana buscando césped aprovechado por Yanis Rahmani en plancha en boca de gol. Eso sí, el primer impulso de los árbitros fue anularlo. Por una vez el VAR hizo justicia. No había fuera de juego del extremo. Y la primera parte murió tras otro córner para el Málaga.

El panorama había cambiado. El Málaga tenía que saber leer el partido para hacer el 0-1 algo insalvable. Era turno también de Pellicer, que tenía que administrar bien sus pocos ases en el banquillo. El Logroñés comenzó la segunda mitad con angustia, queriendo hacer lo mismo pero precipitado. Buscando la fórmula, el cuadro riojano ya había hecho cuatro cambios en el 64’.

Pellicer tiró de Jairo Samperio, al que el equipo necesita enchufar para este tramo final, por un fatigado Joaquín Muñoz. Unos minutos más tarde el árbitro anularía nuevamente un gol por fuera de fuego al inspirado Luis Muñoz. El VAR lo corroboró.

Con un sólo cambio efectuado se plantó el Málaga al 81’, con una entereza admirable pese a lo exigente del partido. Se marchó Caye, que se lastimó presionando al portero riojano. Debutó Loren Zúñiga, el pichichi del juvenil. EL que tuvo la sentencia fue Luis Muñoz, en una gran acción a la contra entre Alexander en la centró Jairo. El malagueño la estrelló con potencia contra el travesaño y salió despedida hacia fuera cuando besó la hierba. Parecía dentro, pero el VAR no lo concedió. Luego tardó el colegiado en autorizar los dos siguientes cambios del Málaga, que entraron en el 88’. Entre tanto, las imágenes descubrieron que hubo un penalti en la acción continuada de la ocasión de Luis Muñoz tras un disparo de Rahmani que detuvo un defensa con el brazo.

Sufrió el Málaga hasta el último segundo, con Leo Ruiz no llegando a alcanzar un balón que sonaba a empate épico, que suma tres puntos de oro que le sitúan con 40, con la meta a cuatro partidos. Y el derecho a soñar.

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