Málaga C.F.

La cantera del Málaga CF: Pan para hoy y para mañana

  • Los chicos formados en La Academia responden en el momento más importante de la temporada

  • Una mezcla intergeneracional que sube el patrimonio deportivo de un club obligado a la austeridad

Juanpi, Ismael Casas e Hicham.

Juanpi, Ismael Casas e Hicham. / Javier Albiñana

La Academia son dos cosas distintas. Por un lado está una estructura gris e inerte en Arraijanal (auguró el administrador José María Muñoz que las obras se reanudarían a finales de junio o primeros de julio). Por el otro, la parte que está más viva aunque muchas veces ande de prestado por los campos de Málaga. Es sustento y solución, sobre todo en los momentos de mayor necesidad. Pasan los años y hay algo que se repite, los canteranos responden. Pan para hoy y también para mañana.

El Málaga se ha tenido que agarrar a su cantera más fuerte de lo que lo había hecho en años como consecuencia de sus limitadas licencias profesionales. Durante todo el curso ha sido así, pero es en este final del temporada todo se ha multiplicado por el peculiar y asfixiante final de temporada. El cansancio, las lesiones y las sanciones son otros elementos a considerar. Pero además de ello también hay fe en el talento. Lo tienen muy claro Manolo Gaspar y Sergio Pellicer, que alguna vez han confesado que sin limitaciones se vería a más de cuatro futbolistas con dorsal del filial simultáneamente en el campo.

La cuestión es el rendimiento y la cantidad de nombres propios que opositan no sólo a ser importantes en los tres partidos que restan para acabar la temporada, también pensando en el futuro inmediato del club, donde se va a entrar en un ciclo de austeridad sin precedentes en la última década.

Al margen del traspasado Antoñín como gran ejemplo (salto al primer equipo, lo aprovecha, se gana un contrato profesional y es vendido a un Primera), esta temporada ha dado un salto de calidad Luis Muñoz y parece que Hicham va también entendiendo de qué va esto en muchos sentidos (de ahí su renovación). Hasta Juanpi, de una generación que ya suena hasta lejana, ha contribuido de manera fundamental cuando muchos no esperaban nada de él. Estos tres cocinaron el gol al Dépor.

Es verdad que hay fusión intergeneracional de canteranos, pero además de ellos la aportación de los nuevos, los que tienen que derribar la puerta, marca diferencias porque no están temblando justo cuando el Málaga (equipo y club) se juega el ser o no ser. La confianza de Pellicer, que los tuvo en el filial, es determinante. Ismael Casas y Juande terminaron de coronarse ante el Dépor. Ambos están demostrando una solvencia y cuajo como para saber qué esperar de ellos desde ya. Se sabe que están para rendir en el Málaga, con capacidad para crecer y, por lo tanto, suben el patrimonio deportivo de la entidad. Y vienen más viendo que la senda está trazada.

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