El próximo domingo no estará en Mendizorroza. La discutida expulsión ante el Athletic de Bilbao impedirá a Bakary Koné estar disponible para un Juande Ramos que tendrá que reestructurar una vez más su once.

El burkinés pasó ayer por rueda de prensa por primera vez tras el día de su presentación. Aquella vez mostró la timidez habitual en un jugador que acaba de aterrizar en Málaga con otro idioma. El actual Bakary Koné dista mucho de aquel. Desposeído de nervios y con más confianza, el burkinés habló como lo haría un capitán: siendo crítico y sincero. Y mostrando carácter. "Soy muy competitivo, me gusta siempre sacar buenos resultados y ganar", admitía el central africano que destapó una de las recetas que siguen en el vestuario para puntuar de tres en tres cada jornada: "En el equipo siempre intentamos trabajar todos juntos para lograr las victorias".

El burkinés llegó el lunes de la concentración con su selección. Empataron 1-1 ante Sudáfrica y Koné jugó los 90 minutos. Volvió con algunas molestias pero tras la sesión de ayer reconoció haber "descansado dos días" y sentirse "en plena forma".

"Siempre hay cosas que mejorar, tenemos un equipo nuevo y necesitamos mejorar muchas cosas", explicaba el central que no se mordió la lengua al admitir que aún deben apuntalar las bases en una plantilla con muchas altas, él incluido. Por ello no se ocultó y se radiografió en estos primeros meses de competición ya que ha sido uno de los más criticados. Para él, el idioma ha sido determinante en ese repunte positivo en sus prestaciones en las últimas semanas: "Lo más difícil para mí es el idioma, la adaptación a todo lo demás es una cuestión de tiempo. Tengo la suerte de tener a Kameni conmigo y ya sé algunas palabras de base. Eso me ayuda a comunicarme con mis compañeros".

Además, piropeó a uno de los capitanes y hombres fuertes del vestuario. "Me sentí muy cómodo junto a Camacho, él da mucho en el campo. La defensa estaba con uno menos y él nos ayudó bastante a desarrollar nuestro juego", sentenció.