Una vez superada la ventana de fichajes de invierno, Loren Juarros tiene una serie de prioridades y lista de tareas que ir abordando en las próximas semanas y meses. Lo principal es terminar de concretar algunas operaciones de renovación y ampliación de contrato de piezas fundamentales para el Málaga. Son los casos de David Larrubia y Kevin Medina. Pero entre estos nombres y el de Roberto Fernández (cuestión que requiere de mayor tiempo y esfuerzo en todos los sentidos), han quedado en segundo plano el grupo de los más jóvenes: Izan Merino, Aarón Ochoa y Antoñito Cordero.

En el caso del primero de ellos, había la intención y la promesa de mejorarle el contrato en todos los sentidos porque el Real Madrid vino con mucha fuerza a por él durante el pasado verano. El conjunto blanco continúa pendiente del internacional español en categorías inferiores. Tiene contrato hasta 2025, lo mismo que un Antoñito Cordero que está rindiendo bien en el Atlético Malagueño y las veces que le toca ayudar al primer equipo. También el club pretende mejorar a Ochoa, todavía de 16 años.

Luego hay un grupo de tres jugadores que fueron los que sobrevivieron de la plantilla del descenso a Primera RFEF: Genaro Rodríguez, Juande Rivas y Ramón Enríquez. Loren Juarros dio alguna pincelada sobre el trío, pero a ninguno se le considera imprescindible. "Y hay casos como Juande, Genaro o Ramón, que también hemos hablado, que dependerá de la categoría donde estemos y los parámetros en que nos movamos. Queremos trabajar desde ya mismo pero ya tenemos una base de antes", sostuvo en su balance de mercado del pasado miércoles en La Rosaleda.

Más en el aire si cabe está el futuro de Sergio Pellicer. Han tenido sus diferencias Loren y el de Nules. Ambos han apretado al otro en diversas ocasiones tanto en cuanto a fichajes como al rendimiento sacado a la plantilla. Aun así, son los dos únicos prácticamente que mantienen conversaciones de fútbol en el club de entre las principales cabezas y se entienden más de lo que alguna vez haya podido parecer. Pero aunque Juarros no quiera vincular una cosa con la otra, no ascender sería la puntilla para el entrenador, que tiene claro que es la única vía que tiene para seguir.