El Ayuntamiento de Torremolinos ha culminado la recepción la zona urbanizada de La Cizaña, que ya cuenta con viales de circulación e infraestructuras y servicios básicos como alumbrado, saneamiento y abastecimiento de agua potable, además de zonas ajardinadas y aparcamientos en superficie para los residentes.

“Esta es una zona de expansión de Torremolinos y al estar preparada para las futuras construcciones, se suma a las inversiones que está recibiendo la ciudad. Torremolinos vuelve a estar de moda, según indican los datos de inversión hotelera y ahora también, los proyectos de inversión inmobiliaria”, destacó el alcalde, José Ortiz, durante el acto de recepción que tuvo lugar ayer por parte del presidente de la Junta de Compensación del sector recepcionado así como representantes de las entidades Metrovacesa y Altamira.

“La Cizaña cuenta ya por fin con una zona adecentada para el uso y tránsito de vecinos, donde se procederá a la construcción de viviendas, pero desde ya cuenta con viales, infraestructuras y zonas de aparcamiento”, manifestó, por su parte, la concejal de Urbanismo, Maribel Tocón, quien aseguró que “este entorno cuenta con un reclamo turístico e histórico, como el yacimiento romano encontrado, por lo que sin duda se convertirá en un espacio referente para el municipio”.

Y es que uno de los principales atractivos de esta zona en expansión del municipio es precisamente, por un lado, la llegada de nuevas urbanizaciones, como el conjunto residencial Nereidas, una urbanización de apartamentos de lujo que en su mayoría superan el millón de euros; y, por otro, en esta zona se encuentra también el primer yacimiento arqueológico visitable del municipio.

Los restos, de la época romana del siglo I al IV, se encuentran cubiertos desde 2016 para garantizar su conservación. Este espacio estará abierto al público para su disfrute futuro, convirtiéndose así en el primer atractivo cultural y turístico de estas características en el municipio.

La empresa va a ceder al Ayuntamiento los terrenos y se compromete a ejecutar las obras de acondicionamiento para que se convierta en un parque arqueológico para que se pongan en valor, según informaron ayer. Los restos se han mantenido cubiertos con geotextil y grava durante la duración de las obras de construcción y urbanización de la zona, es decir tanto de los viales como los trabajos de infraestructuras y de construcción de las nuevas promociones de viviendas, para garantizar su conservación.

De este conjunto arqueológico se tiene noticia desde finales de los años 60, al identificarse unas piletas para la elaboración de salazones. Posteriormente se amplió el conocimiento sobre este enclave documentándose parte de un complejo termal y más tarde, en 2003, se excavó un alfar que cuenta con dos grandes hornos y una zona de almacenamiento.