La historia de Seat en la competición se remonta a 1970, pero no sería hasta dos decenios más tarde, en 1993, cuando Seat Sport contaría con su primer coche destinado especificamente para las competiciones internacionales y, en este caso, a las carreras sobre tierra.

Anteriormente, se había desarrollado el Seat Ibiza Bimotor de tracción total para el Campeonato de España de Rallies de Tierra en 1985 -sería el primer prototipo de competición de Seat Sport-; o el Marbella Proto, también para la misma competición pero en la categoría de dos ruedas motrices.

El Seat Toledo Marathon sale de la A-122 de la planta de Martorell, donde están los vehículos que han hecho historia en la marca, para volver a la competición.

Estos antecedentes llevaron a que Seat, en 1989, presentara ese coche desarrollado para la alta competición, aún como poco más que una maqueta. De este modo y en el Salón del Automóvil de ese año se mostraba, por primera vez, el Seat Toledo Marathon.

Sin embargo, aún quedaría tiempo para que el coche estuviera listo para las carreras y Seat, como importador en España de las marcas de Volkswagen, contó hasta su aparición con otros modelos del grupo para preparar el terreno. Así, la división deportiva de Seat llevó al español de Rallies TT de 1989 dos Volkswagen Golf Safari; o a la Copa de España de Raids en 1990 un Audi Coupé Quattro Raid.

Tres temporadas en las carreras de alto nivel

En 1992 el Seat Toledo Marathon, desarrollado como un prototipo todoterreno del grupo T3, ya estaba siendo ultimado con José María Servià participando en el desarrollo y, durante las tres temporadas siguientes, el equipo presidido por Vicenç Aguilera, que también era el responsable del Centro Técnico de Martorell, lo llevó al Campeonato de España de Rallyes Todoterreno.

Este Toledo Marathón se estrenaba así en las carreras en manos de José María Servià acompañado de Enric Oller. Su primera prueba sería la Baja de Portugal de 1993, por lo demás, puntuable para la Copa del Mundo FIA de Rallyes Todoterreno.

Para su vuelta a las carreras, y más allá de un cambio de ruedas, el Marathon tan sólo precisará nuevos mapas de encendido e inyección para adaptarse a la gasolina de bajo octanaje. Originalmente, utilizaba de 100 octanos.

La siguiente sería la Baja Aragón, donde Seat Sport dejó una unidad en manos de Servià y, la segunda, de Cyril Neveu y, de allí al Raid de Grecia donde, de nuevo Servià con un coche y el segundo pilotado por Antonio Rius y Manel Casanova, obtuvieron el doblete. Sería el primer triunfo internacional de la historia de competición de Seat.

En 1994 los Toledo Marathon disputaron tres rallies todoterreno y subieron al podio en los tres. Pero, ese mismo año, en el Raid de Grecia y, también en manos de Servià, este Seat haría su última carrera de forman imprevista. De hecho, se esperaba que en 1995 hiciera su debut en el Dakar, pero la marca dio por concluido en proyecto en beneficio del salto al Campeonato del Mundo de Rallies.

Acababa así la corta historia en competición del Toledo Marathon, que irrumpió justo en los años de dominación en los raids de, primero, los Peugeot 205 T16 y, luego, los 405 T16 a los que sucederían los Citroën ZX en competición aguerrida con los Mitsubishi Pajero Evolution.

El desierto marroquí, el nuevo reto del Seat Toledo Marathon

Hoy, Seat Históricos tiene en su poder una de las dos unidades construidas en estado totalmente original. Sigue contando con sus principales atributos: un motor de 330 CV situado en posición central, tracción total con un diferencial central bloqueable y dos autoblocantes en cada uno de los ejes, así como suspensiones de dobles triángulos con un recorrido de 30 cm. Como recordaba José María Servià, del Toledo de serie sólo tenía faros, manillas de las puertas y pilotos traseros. Quizá, apuntamos, también el parabrisas.

El Rally Classic Africa, organizado por José María Servià, será el escenario en el que este prototipo volverá a las carreras.

Ahora, precisamente en una prueba organizada por el piloto gerundense, el Rally Classic Africa 2023, volverá a las carreras. Lo hará, dada la incompatibilidad de Servià como participante, en manos de otro piloto históricamente vinculado a Seat, Toni Rius.

Esta prueba de regularidad se desarrollará del 16 al 21 de septiembre en la zona de Erfoud y Merzouga (Marruecos), con tres etapas de 200 km y dos de unos 140 km. La prueba comprenderá también dos zonas de navegación en duna.

Toni Rius será, una vez más, quien se ponga a los mandos de este Toledo que, con el de serie, apenas mantiene elementos en común.

El límite de velocidad en carrera será de 80 km/h y las medias de 60 y, respecto al modelo original, el único cambio con el que el Toledo Marathón la afrontará serán las llantas de 16" en lugar de las de 18" de la época. Este cambio se debe a la imposibilidad de disponer hoy de neumáticos adecuados.

Tres Seat Ateca listos para la competición

El mismo recorrido de 900 km, 700 de ellos de regularidad, aunque en la categoría Open -ésta abierta a vehículos modernos-, lo harán tres Seat Ateca, casi de estricta serie.

Serán tres los Ateca que Seat lleve a la carrera africana dentro de la categoría Open.

Su preparación, llevada a cabo por Seat Históricos, ha pasado por cambios de muelles y amortiguadores, así como la adicción de protecciones de aluminio para los bajos o una baca que soporta las planchas para la arena o el hi-lift, entre otros elementos. Todos ellos han sido cambios perfectamente al alcance de cualquier preparador, aunque no homologados.

Entre las innovaciones más espectaculares de estos Ateca están estas bacas en las que se sitúan los elementos necesarios para salir de situaciones complicadas en el desierto.

El equipo del que es responsable Isidre López también se ha decantado para estos estos Seat Ateca 2.0 TDI DSG-7 4Drive por los neumáticos BF Goodrich All-Terrain T/A en dimensiones 225/70 R16 102/99R montados sobre llantas de aleación Braid de 16" en lugar de los 215/50 R18 92W de serie. Incrementan por si solos la altura al suelo 2,4 cm, a lo que habría sumar 1,6 adicionales de los muelles.

Con esos 4 cm adicionales, la altura libre respecto al suelo de los Ateca es ahora es de casi 23 cm y, tal como hemos podido comprobar en el circuito de La Codina de Sant Bartomeu del Grau, en la provincia de Barcelona y muy cerca de Vic, una de las claves para su agilidad off-road.

Los Ateca pusieron de manifiesto una excelente adaptación a una utilización en condiciones severas sin apenas cambios respecto a la serie.

En sus 4,5 km hemos podido explorar las posibilidades de estos Seat Ateca creados específicamente para este Rally Classic Africa 2023. Gracias a esa altura libre que hace perder el miedo a tocar casi con cualquier piedra, la motricidad que aporta la tracción total y al altísimo agarre de los neumáticos, incluso sobre un suelo arenoso de buena parte del circuito, hemos podido rodar a considerable velocidad, más aún cuando el Ateca muestra cierta reactividad para cambiar de dirección y, particularmente, en buena parte de este trazado abundan las curvas cerradas.

Buena parte del excelente comportamiento en pistas de tierra suelta procede del trabajo de los neumáticos en colaboración con la tracción total 4Drive.

Isidre López, responsable también de la colección de coches de Seat, aclaraba minutos antes de ponernos al volante que, en ningún caso, ni estos Ateca ni sus soluciones llegarían a comercializarse por la marca.