La política exterior de Brasil, la mayor economía de América Latina, es una de las mayores divergencias entre la presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, y el opositor Aécio Neves con vistas a la segunda vuelta de las presidenciales del domingo.

El Mercosur, bloque que para los gobiernos del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) es el lugar de partida de Brasil para el mundo, está en el eje de las propuestas de ambos candidatos, pero con sentidos opuestos.

Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), propone flexibilizar el Mercosur para firmar acuerdos de libre comercio, retomar las relaciones con las potencias y eliminar el concepto de diplomacia Sur-Sur y lo que llama de "política exterior ideológica".

Rousseff, en cambio, apuesta por consolidar la relación con los países de la región, hacia donde están siendo exportados los productos industrializados rezagados por la crisis en EEUU y Europa, y fundamentalmente por su actuación en el grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) de los grandes emergentes.

"Las crisis crearon escenarios. Los Brics en 2010 eran una idea general y hoy tiene una consistencia mayor, con la creación del fondo conjunto de reservas y su banco", dijo el asesor especial en Asuntos Internacionales de la Presidencia, Marco Aurelio García.

Según García, "el Mercosur es suficientemente importante para seguir en esa dirección".

Recientemente, en un debate en Sao Paulo, García señaló que la política de Neves para las relaciones internacionales "reduciría a polvo a América Latina" y buscaría "resucitar un cadáver debidamente enterrado" como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

La diplomacia desde que el PT llegó al Gobierno en 2003, con Luiz Inácio Lula da Silva, hizo hincapié en el mundo emergente, del cual surgieron los Brics, y en las relaciones de cooperación con África y América Latina.

Del otro lado, Neves prefiere darle un nuevo impulso a las relaciones con las potencias. "Infelizmente durante el Gobierno de Rousseff nos quedamos atados a una relación ideológica con nuestros vecinos, sin ampliar nuestras relaciones con potencias como la UE y EEUU", dijo.

Las actuales relaciones con Washington pasan por una crisis a raíz del espionaje sufrido por Rousseff, lo que provocó la cancelación de una visita de Estado de la mandataria en 2013.

Precisamente, relanzar las relaciones con EEUU es la propuesta del ex embajador en Washington Rubens Barbosa, llamado el canciller de Neves por ser el coordinador de su estrategia diplomática. Barbosa cree que hay que "desideologizar" la diplomacia y asegura que el perfil diplomático del PSDB se identifica más con la Alianza del Pacífico, que integran México, Colombia, Chile y Perú.

Al ser interrogado sobre las relaciones con Washington el diplomático dijo: "Vamos a encontrar la forma de superar las dificultades políticas y diplomáticas". Así, habló de poner "en pie de igualdad" las relaciones con EEUU, Japón y la UE con las del mundo emergente, "como siempre fue la política externa brasileña", con énfasis en el déficit comercial de la balanza con las potencias.

Por su parte, Cristina Pecequilo, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal Paulista, defiende la política diplomática de los gobiernos de Lula y Rousseff. "¿De qué Brasil exactamente habla la oposición? ¿Del reconocido como potencia por los principales poderes internacionales del Norte y del Sur? ¿O de aquel que desea establecer nuevos parámetros con menor énfasis global?", se preguntó.