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La Cámara de los Diputados de Italia da luz verde al Gobierno de Matteo Renzi

  • Fue una votación sin sobresaltos, ya que la coalición que lidera el nuevo primer ministro suma cerca del 60% de diputados de la Cámara Baja.

Matteo Renzi, el líder de la coalición gubernamental de Italia, consiguió el voto de investidura de la Cámara de los Diputados, el último trámite parlamentario que ha tenido que superar para convertirse en primer ministro. De los 630 diputados que integran la Cámara Baja, 378 votaron a favor de Renzi y 220 en contra, en una votación en la que estuvieron presentes 599 parlamentarios, de los que votaron 598, y hubo una sola abstención.

Al igual que ocurriera el lunes, durante la sesión en el Senado, apoyaron al ex alcalde de Florencia sus socios en el Gobierno, el Nuevo Centroderecha (NCD), Elección Cívica (SC), la Unión de Centro (UDC) y su propia formación, el Partido Demócrata (PD), a pesar del surgimiento de voces críticas al Gobierno entre sus filas. En contra se pronunciaron el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia (FI), la secesionista Liga Norte (LN), el Movimiento 5 Estrellas (M5S), y la formación Izquierda, Ecología y Libertad (SEL).

Una batalla ganada prácticamente de antemano para el primer ministro florentino dado que su coalición suma 373 diputados, cerca del 60 por ciento de la Cámara Baja. Del mismo modo que el lunes en el Senado, la votación estuvo precedida por otra jornada maratoniana de 10 horas de debate. Renzi tomó la palabra, pronunciando un esperado discurso, el segundo en 24 horas después del muy criticado de la Cámara Alta, tildado por los analistas políticos de "superficial".

El nuevo primer ministro volvió a explicar los pilares capitales de su programa, que incluye "cambios radicales" para el país. Anunció su intención de llevar a cabo una bajada de la presión fiscal equivalente a 10.000 millones de euros, además de reducir el peso actual de la Administración Pública italiana y de afrontar la simplificación del sistema de representación. También prometió atajar "la emergencia" del desempleo y aseguró que un 12,6% de paro no "es solo un número", sino una situación que pretende encarar con un plan económico y legislativo que calificó de "revolucionario". La educación protagonizó parte de su discurso, y Renzi aseguró que durante su mandato, que pretende agotar hasta 2018, va a "restituir el prestigio social perdido de los profesores".

Todo para mejorar la situación de Italia en un corto periodo de tiempo, ya que la intención de Renzi es la de asumir la presidencia de turno de la UE, el último semestre de este año, habiendo atajado los problemas más acuciantes. Además, se defendió de quienes le recuerdan que su gobierno no está legitimado por las urnas. "Este cambio radical merece un proceso electoral pero lo habría merecido realmente si se dieran las condiciones para que, un día después de los comicios, pudiéramos contar con una mayoría estable", subrayó

La sorpresa de la jornada la protagonizaron con su presencia en la Cámara Pier Luigi Bersani, secretario general del PD entre 2009 y 2013, muy criticado por Renzi, y el ex primer ministro Enrico Letta, cuya dimisión la pasada semana estuvo propiciada por la presión ejercida por el nuevo jefe del Gobierno y miembro de su partido. El nuevo primer ministro, de 39 años, pronunció su discurso ante la mirada de sus dos colegas de partido, que fueron recibidos por el hemiciclo con un largo aplauso.

Bersani reapareció tras reponerse de un derrame cerebral que le mantuvo hospitalizado en enero y tras el aplauso de los diputados respondió: "Yo estoy bien, ¿vosotros?". "Me temo que este Gobierno no tiene entre sus mejores cualidades la humildad, pero creo que es un Ejecutivo que necesita apoyo porque se ha propuesto un reto muy serio", dijo Bersani, que había derrotado en las primarias del PD de 2012 a Matteo Renzi.

Los diputados aplaudieron también la llegada de Letta, que se vio obligado a dimitir el pasado 14 de febrero por la presión de Renzi y que se fundió en un largo abrazo con Bersani. Renzi tuvo que contemplar también cómo los diputados del Movimiento Cinco estrellas (M5S), entre otros, recordaban el modo en que provocó la caída de Letta a pesar de que explicó, en numerosas ocasiones, que su intención no era la de suplantar a su compañero socialdemócrata.

Superado el voto de la Cámara de los Diputados, el ya primer ministro tendrá ahora que demostrar que sus promesas de cambiar el país, a base de "sueños y coraje", no forman parte de ese "río de palabras vacías" que, según criticó él mismo, emana de las sedes gubernamentales de Italia. De momento, Renzi, que ya juró el cargo de primer ministro el pasado sábado, tendrá que calmar al NCD, sus aliados en el Gobierno, que expresaron su enfado por el modo en el que está completando la lista de subsecretarios del Ejecutivo.

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