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Todo es posible tras las elecciones australianas

  • Ajustada victoria de la oposición conservadora, que no logra alcanzar la mayoría absoluta

El color del Gobierno que Australia tendrá durante los próximos tres años quedó ayer en el aire después de que ninguno de los dos principales partidos políticos obtuviera la mayoría absoluta en las elecciones generales.

La oposición conservadora liderada por Tony Abbot echó por tierra los pronósticos que adelantaban una ajustada victoria del Partido Laborista, de la primera ministra, Julia Gillard.

"El Partido Laborista ha perdido su supremacía", dijo el jefe de la coalición conservadora formada por los partidos Liberal y Nacional en una festiva comparecencia ante sus seguidores.

Según el recuento provisional ofrecido por la televisión ABC, con el 77,84% de las papeletas escrutadas, los conservadores habían obtenido 72 escaños frente a los 71 de los laboristas.

Los independientes obtuvieron cuatro escaños y uno el Partido Verde, que por primera vez tendrá representación en el Parlamento, compuesto por 150 diputados.

Estos resultados, de confirmarse, dejan a Australia en el limbo político, ya que ningún partido político habrá alcanzado los 76 escaños que representan la mayoría absoluta y permiten gobernar sin necesidad de recurrir a alianzas.

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