Cultura

Andy Hope llega al CAC para enfrentar a Robin con Dostoyevsky

  • El artista alemán visita por primera vez España con una muestra de obra inédita en la que acerca el cómic y la literatura

A simple vista Robin, el compañero de aventuras de Batman y Dostoyeski, precursor del existencialismo, tienen poco que decirse. Pertenecen a esferas, tiempos y géneros opuestos, pero el arte contemporáneo obra milagros y Andy Hope se propone experimentar con ellos . El creador alemán llegó ayer por primera vez a Málaga -y a España- para presentar en el CAC Robin Dostoyevsky by Andy Hope, nueve pinturas de gran formato y una escultura inéditas con las que demostrar que el cómic y la literatura usan vasos comunicantes. "Se trata de crear un contraste y una tensión entre la alta literatura por ejemplo y la que no lo es. Igual que se puede establecer un contraste entre Crimen y castigo, expresó ayer el artista.

La combinación de estos dos nombres da lugar a Robin Dostoyevsky, un personaje mediante el cual Hope muestra la ambigüedad que existe en la actualidad acerca de los códigos que se asocian o se atribuyen a lo femenino y lo masculino, muchos de ellos adjudicados a través de los medios de comunicación e internet.

Para ello, viste a su personaje imaginario disfrazado de mujer, en unos casos con modelos inspirados en diseñadores contemporáneos como Alexander McQueen, mientras que en otros, aparece con los colores originales del traje de Robin pero mezclado con vestimentas del siglo XIX. "Unas veces se muestra muy femenino, otras, masculino agresivo y en otras casi inerte como una muñeca", especificó Hope acerca de la apariencia que su personaje exhibe en cada uno de los lienzos.

Un gran lienzo protagonizado por un superhéroe esbozado preside esta exposición -abierta al público hasta el 19 de junio- en la que su autor ha pretendido plasmar "el ataque epiléptico de Robin. Es un intento por quitarse las identidades definidas", explicó Hope. Otra pieza, una escultura en la que aparecen las siglas R. D. (Robin Dostoyevsky) en un fondo rojo y negro, a modo de logotipo se erige como símbolo del derrumbe de esa confusa identidad de la que hace gala en cada uno de sus cuadros.

Incluso su firma, Andy Hope 1930, muestra el interés del artista por el antítesis y la ambigüedad, ya que, por un lado Hope -que significa esperanza en inglés-, irradia un optimismo que contrasta con 1930, año que coincide con la mayor crisis económica y política del siglo XX y con el final de la época del arte moderno.

Andy Hope trabaja deliberadamente distintas disciplinas artísticas (pinturas, esculturas, collages, vídeos) en una experimentación constante en la que mezcla realidad y fantasía, momentos históricos y géneros literarios, cómic y ciencia ficción, hasta crear obras no exentas de cierta nostalgia y extravagancia con las que reflexiona sobre la historia y sobre los conceptos de autoría e identidad, gracias a los híbridos nominales que tanto caracterizan sus obras. Además de la importancia que Malevich y Paul Klee han tenido en su trabajo, Hope también reconoce la influencia que el escritor de ciencia ficción, J. G. Ballard, y el ensayista y crítico William Burroughs, han ejercido sobre él.

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