Compareció ayer Fernando Arrabal (Melilla, 1932) en Málaga dando cuenta de una noticia que le acababa de comunicar el director del Teatro Español, Juan Carlos Pérez de la Fuente: la misma institución participará en la producción de un nuevo montaje de El arquitecto y el emperador de Asiria que se estrenará en el Teatro San Martín de Buenos Aires el año que viene. Así que andaba el dramaturgo tan feliz cuando se dispuso a presentar el nuevo número de la revista Ateneo del Nuevo Siglo, que publica el Ateneo de Málaga, junto al coordinador de la publicación, Antonio Abad, y el presidente del Ateneo, Diego Rodríguez. Arrabal ha colaborado en el monográfico, titulado Artes, cultura y compromisos en la Málaga del siglo XXI, en el que participan un centenar de escritores, con un largo poema, y ayer presentó el número en el Museo Picasso; antes, conversó con Málaga Hoy.

Preguntado por los vínculos entre arte y compromiso, Arrabal respondió así: "Es una constante desde tiempos de Platón. Quien mejor lo expresó en España fue Quevedo, cuando escribió Miré los muros de la patria mía... Demostró así que no se enteraba de nada. No había muros. En España estaban escribiendo entonces Cervantes, Lope de Vega, Tirso, Góngora... Pero Quevedo, con sus gafas, no lo veía. Es como cuando Platón se preguntaba cómo era posible que Grecia tuviese los mejores teatros y a la vez los mejores dramaturgos. Por eso, cuando el sacerdote egipcio oía los lamentos de los dramaturgos, respondió: 'Son como niños'. Y eso se da todavía. La revista Time publicó una lista de las cien personas más influyentes, que es un término muy patafísico, y en la lista no había uno solo dramaturgo, ni un solo poeta. Tengo un posible contacto con el director de la revista, y quiero preguntarle qué quiere decir, exactamente, al emplear la expresión influyente".

Y continuó: "Entregué a Oscar Niemeyer el premio del Colegio de Patafísica en Copacabana, dos meses antes de que muriera. Fue un acto muy hermoso. Aquello se grabó en un vídeo que está en Youtube. ¿Sabe cuántas personas lo han visto? No más de mil. Lo mismo sucedió con Benoît Mandelbrot, el matemático de los fractales. Y con Houllebecq, y con Kundera". Cuando se le recuerda que Kundera vende muchas novelas en España, replica: "Sí, pero se escapa de la palabra mágica: influyente". Sobre el conflicto entre e influencia y provocación, Arrabal señaló: "Yo no soy un provocador. No creo en el caos, sino en el rigor matemático de la confusión". Tras evocar a Beckett y a Ionesco, Arrabal reveló el título de su adaptación del Quijote que se estrenará el 23 de abril en el Teatro Español: Pingüinas. "Las protagonistas son diez moteras", explica. Picasso se congratula en alguna parte.