Cultura

El mexicano Eduardo Lizalde gana el García Lorca de Poesía

  • El autor sucede a Pablo García Baena, Fina García Marruz y María Victoria Atencia en la nómina del prestigioso galardón

El poeta mexicano Eduardo Lizalde, quien ganó ayer el X Premio Ciudad de Granada Federico García Lorca, declaró ayer tras conocer el fallo del jurado que "la poesía es como una bomba de tiempo" que, a diferencia de otros géneros literarios, "tarda mucho tiempo en ser digerida" por los lectores. "Yo digo que la poesía es como una bomba de tiempo. Tarda mucho la grande poesía, claro. La inferior, igual que la literatura de segunda clase, no llega a nada pero la grande poesía tarda mucho tiempo en ser digerida", dijo Lizalde en entrevista telefónica.

El poeta señaló que "es una honra, por supuesto" que le otorgaran ayer en Granada un premio que con anterioridad han recibido Pablo García Baena (2012), Fina García Marruz (2011), la malagueña María Victoria Atencia (2010), José Manuel Caballero Bonald (2009), Tomás Segovia (2008), Blanca Varela (2006) y Ángel González (2004), entre otros. "Se lo han concedido a eminentes poetas de todas partes, sobre todo de España y de América, nuestro amigo José Emilio Pacheco (2005), extraordinario poeta, y lo agradezco muchísimo, me honra y me sorprende", afirmó.

Lizalde (Ciudad de México, 1929), integrante de la Generación del 45, indicó que de lo que más orgulloso se siente de su poesía es de lo que dicen sus "interlocutores y cronistas muy generosos". "El poeta difícilmente puede opinar sobre lo que son sus libros hasta que alguien los lee y los comenta, sobre todo si son personas eminentes quienes lo celebran, eso nos honra", expresó. Acerca de sus preferencias es claro: "Me gustan sobre todo las (palabras) de los grandes poetas que se han ocupado del tema de los tigres y los emblemas. Soy admirador, por supuesto, de toda la gran poesía española de la Generación del 27, que nos marcó".

Destacó que ese grupo de autores líricos contagió la pasión por el verso a toda una generación de grandes poetas mexicanos como José Gorostiza (1901-1973), Carlos Pellicer (1897-1977) y Xavier Villaurrutia (1903-1950) y se nutrió, como él mismo, de la poesía de los exiliados españoles. "En México disfrutamos de la convivencia con los grandes poetas exiliados españoles que estuvieron aquí y los que hemos conocido en España. Aquí vivieron Emilio Prados, Pedro Garfias, (Manuel) Altolaguirre, (Luis) Cernuda, una gran cantidad de poetas españoles de esa generación y de otras cercanas a la mía". Entre estos últimos citó a Tomás Segovia (1927-2011) y al filósofo y poeta en catalán y español Ramón Xirau, a quien considera su "maestro y amigo".

Sobre el peso específico de la poesía en el mundo de hoy, inferior a la narrativa, Lizalde le encuentra una clara explicación que tiene que ver con que los novelistas y los poetas pertenecen "a razas literarias distintas". Mientras el primero basa su labor en la constancia, en el ejercicio de escribir a diario una cantidad de páginas, los creadores dedicados a la lírica están "sujetos a otros aires y a otras presiones". Su obra es "es menos accesible al gran público" y ciertamente "más abstracta", comentó. "Sucede un fenómeno muy curioso. Los extraordinarios y grandes poetas de una época determinada son leídos tarde. La obra de Lorca no porque siempre fue una estrella extraordinariamente afortunada, desde la juventud, y fue una gran celebridad, como otros en España, como Alberti", añadió. "Muy tarde se entendió qué cosa era la poesía de Cernuda, uno de los grandes poetas de su generación", dijo acerca del autor que murió en 1963 en México.

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