Cultura

Manuel Hernández Silva es el nuevo director titular de la Filarmónica

  • El Consorcio aprobó ayer el nombramiento del maestro, con quien la Orquesta de Cordoba triplicó sus abonados en siete años

La incógnita quedó finalmente despejada y ayer, ocho meses después de la salida de Edmon Colomer, el consorcio de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) aprobó el nombramiento de quien será su nuevo director titular: la candidatura de Manuel Hernández Silva, nacido en Caracas en 1962 pero "nacionalizado español desde hace muchos años", según él mismo subraya, se impuso a las del australiano Nicholas Milton, el italiano Marco Guidarini y el español Rubén Gimeno (presentadas todas por la comisión artística instaurada por el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura para tal fin), con lo que será él quien tome las riendas de la orquesta, ya con vistas a la próxima temporada. Si bien en un principio algunos miembros de la comisión habían solicitado una demora en la decisión para poder ver a Hernández Silva en el Teatro Cervantes los próximos 7 y 8 de marzo, cuando dirigirá a la OFM (por primera vez) en un concierto con obras de Schumann y Mahler que contará con la participación de Carlos Álvarez, el dictamen ha podido adelantarse sin necesidad de tal requerimiento, con lo que el nuevo titular dispondrá todavía de algún margen para intervenir en la programación del curso 2014 / 2015.

Hernández Silva es bien conocido por los melómanos andaluces, ya que entre 2005 y 2012 dirigió a la Orquesta de Córdoba. Cuando llegó a esta institución asumió el difícil reto de sustituir a Leo Brower, pero demostró una capacidad notable a la hora de equilibrar la calidad de los programas, el beneplácito del público y su sello personal. Formado en Viena, donde residió durante dos décadas, y adscrito especialmente al clasicismo y al romanticismo (así como la música española e iberoamericana), Hernández Silva fue también director titular de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia entre 1989 y 1992 y ha prestado su batuta a prácticamente todas las orquestas sinfónicas españolas, además de otras internacionales como la Sinfónica de Viena, la Orquesta de la Radio de Praga, la Sinfónica de Israel, la Filarmónica de Seúl, la Sinfónica de Puerto Rico, la Nacional de Chile y, especialmente, la Orquesta Simón Bolívar de Caracas, de la que estuvo al frente durante cinco años. La crítica valora su rigor clasicista y su ávido carisma, y el público ha respondido con general aceptación a sus propuestas. No en vano, durante su etapa como director de la Orquesta de Córdoba se triplicó el número de abonados, desde los 400 hasta los 1.200.

El reto que le espera en Málaga no es menor. Hernández Silva ya supo de apuros económicos agudos en sus últimos años al frente de la Orquesta de Córdoba, y la OFM a cuya tarima accede ahora se sigue enfrentando a recortes presupuestarios notables que han provocado ya la pérdida de ciclos y festivales y que también influyen, aunque sea de manera indirecta, en la programación. La OFM también ha sufrido en los últimos años una pérdida abultada de abonados (frenada un tanto en la presente temporada gracias a las nuevas políticas en la aplicación de las tarifas), y es quizá en este orden en el que más urgente parece ser la mano de Hernández Silva, especialmente hábil a la hora de combinar los repertorios clásicos y románticos sin conformarse necesariamente con lo evidente. El nuevo titular llega además a la OFM sin el auditorio en el horizonte (en un horizonte, al menos, razonable), con lo que, en suma, Hernández Silva deberá poner en juego todas sus artes para servir estímulos tanto a los maestros de la orquesta como a los aficionados.

El mismo Hernández Silva afirmó ayer nada más confirmarse el nombramiento que, aunque aún no ha dirigido a la OFM, conoce bien Málaga: "Tengo amigos allí y he dirigido otras orquestas en el Teatro Cervantes, como la OJA, con la que estuve hace poco junto a Javier Perianes. También conocí en Granada a la Asociación de Amigos de la OFM. De todas formas, quienes nos hemos dedicado a la música clásica en Andalucía nos conocemos todos". El nuevo titular definió la función del director artístico de una orquesta como "la de quien prepara un desarrollo sonoro determinado. La orquesta es el instrumento idóneo para llevar a cabo esta tarea, y en todo caso el rendimiento debe aprovecharse al máximo. Pero, al mismo tiempo, debe tener muy presente a la otra parte, que es el público, que tiene derecho a salir reconfortado. Y, por último, el cargo incluye un compromiso representativo: uno es director de una orquesta siempre, las 24 horas del día".

Preguntado por si el trabajo al frente de la Orquesta de Córdoba podría arrojar pistas sobre su futura tarea al frente de la OFM, Hernández Silva respondió así: "Un artista atraviesa a lo largo de su carrera diversas etapas, de luces y sombras. Pero en cada momento lo importante es comprobar de lo que es capaz el arte. Llevo ya muchos años en esto y he aprendido a desistir del empeño en perseguir a mi sombra. Pero tampoco me esfuerzo en ser distinto sólo por serlo. Inevitablemente mi formación es la que es, y mi manera de entender la música es evidente. Pero el proyecto de Málaga es muy distinto del de Córdoba. La experiencia aquí fue muy buena porque hubo mucha gente implicada, y el éxito lo fue de todos. Espero que en Málaga ocurra lo mismo. La única manera de hacerlo es con mucho trabajo. Soy consciente de que la orquesta tiene problemas económicos, pero precisamente esta circunstancia ha revelado hasta qué punto es importante el trabajo".

Con Hernández Silva como titular, la OFM salda una deuda que llevaba demasiado tiempo pendiente. Así que, con el contador a cero, conviene decir aquello de que el futuro empieza hoy.

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