Cultura

Moralidad y aventura

Publicados por primera vez a mediados de los cincuenta, cuando los escritores italianos comenzaban a distanciarse del "convulso neorrealismo" de la posguerra para explorar la memoria de los años del fascismo, estos tres relatos, inéditos hasta ahora en castellano, tienen como fondo común el paso de un muchacho de la adolescencia a la juventud, coincidiendo con las primeras evoluciones de la Segunda Guerra Mundial. Como dice Italo Calvino, en la península aliada de los nazis el verdadero terror estaba por llegar, pero ya podían apreciarse los signos de la tragedia venidera.

Es sabido que Calvino se sumó a los partisanos cuando fue llamado a filas por los fascistas, mientras los alemanes tomaban a sus padres como rehenes. Pero antes, en 1940, había sido un "chico tardío" que pasaba su tiempo junto a los cachorros de la Gioventú Italiana del Littorio y otras organizaciones del Régimen, a los que les duraría poco el entusiasmo. El principal atractivo de estos "episodios mínimos de una adolescencia de provincias" no es tanto la recreación histórica como el modo magistral en que está retratada -por usar la terminología del autor- la maduración de la conciencia individual del protagonista, en contacto con una realidad que lo supera y de la que no sabe demasiado, pero cuyas urgencias empieza a intuir.

El mismo Calvino confesó que estas páginas rescatadas -que en algún momento fueron el embrión de una novela no escrita- representaban una incursión en la "literatura de la memoria", esto es, que al escribirlos había acudido a sus propios recuerdos para "buscar allí también los caminos de esa narrativa de moralidad y aventura que (el autor) lleva en su corazón". Dicha fórmula, que podría servir para caracterizar toda su obra narrativa, explica por qué los relatos emocionan más allá del trasfondo autobiográfico.

Italo Calvino Traducción de Carlos Gumpert. Editorial Siruela. Madrid, 2011. 124 páginas. 15,95 euros

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