Qué mejor forma de agradecer minutos inolvidables ante la gran pantalla que un regalo en forma de fotogramas. Luis Melgar responde a esta premisa con la realización de su nuevo cortometraje, En la otra camilla, una comedia a la vieja usanza como tributo a las joyas de Billy Wilder y Frank Capra. Ayer la ciudad acogió su preestreno, como otra muestra de agradecimiento a la Joven Orquesta Provincial de Málaga, intérprete de su banda sonora.

"Demostraron una profesionalidad increíble", añade Melgar, satisfecho con el resultado de un proyecto ideado en 2002, rodado en HD de alta gama dos años después, y que finalmente ve la luz en 35 milímetros. María Botto y Roberto Dragó protagonizan esta trama rodada en un hospital de Sevilla convertido en escenario de ingeniosos enredos alrededor de dos "esbirros de poca monta" cuyo retenido intenta suicidarse, explica Melgar.

Paco Tous (Los hombres de Paco) y el actor afincado en Málaga Paul Lapidus colaboran en esta maraña de situaciones cómicas con reminiscencias a grandes del género como 1,2,3 de Billy Wilder y Arsénico por compasión de Capra. "Aquí también hay mafiosos y mucha verborrea", matiza Melgar para referirse a la niña mimada de Docecatorce, su productora. En la otra camilla remite al sistema hospitalario como continente de escenas hilarantes pero también es "un apelativo a la casualidad, a lo que sucede fuera de tu control", explica su director.

Concebida como un personaje más, la banda sonora se nutre de jazz sinfónico, clásico y big band, materias primas con la que el malagueño José Manuel Pérez ha creado las 11 pistas originales que sobrevuelan en esta comedia junto a un standard, como último homenaje. Mack the knife de Fran Sinatra le sirvió de base melódica para improvisar una nueva melodía.

Del engranaje final se ocuparon los músicos de la Joven Orquesta Provincial de Málaga, bajo la batuta de Ángel Luis Pérez y encantados con la oportunidad de ser parte protagónica parte del proyecto. La grabación se realizó durante dos domingos maratonianos. "Y después de tantas horas encerrados los chavales querían repetir las pistas para que quedara mejor", recuerda el compositor.

En la otra camilla ha visto la luz, en buena parte, gracias a las subvenciones de Junta de Andalucía y la Diputación. Tras su estreno oficial en Sevilla, Córdoba y Madrid esperará paciente el reconocimiento de los distintos festivales a los que ha dirigido su mirada.