Conferencia de Salvador Moreno Peralta en el Ateneo de Málaga

Una globalización fortificada

  • Salvador Moreno Peralta revisa en una conferencia en el Ateneo los vínculos el Caribe y el Mediterráneo

Moreno Peralta, segundo por la derecha, al inicio de la conferencia en el Ateneo de Málaga.

Moreno Peralta, segundo por la derecha, al inicio de la conferencia en el Ateneo de Málaga. / Javier Albiñana

Si nadie duda a estas alturas de que la globalización amparada por la postmodernidad, ya plenamente aceptada y asimilada (con debates pintorescos como el suscitado en torno a la apropiación cultural, dejados caer así de vez en cuando para, seguramente, la tranquilidad de ciertas conciencias), es un heredero directo y formal de los antiguos imperios intercontinentales, también es cierto que esta conexión trasciende a menudo el orden financiero para manifestarse en otras cuestiones más discretas, a menudo olvidadas. Así, si el Mediterráneo delimita con exactitud el origen de la civilización, no es difícil encontrar en otras latitudes contextos históricos y marítimos en los que este origen encuentra un hermanamiento a menudo insospechado. Precisamente, el arquitecto Salvador Moreno Peralta clausuró este miércoles en el Ateneo de Málaga la Tribuna Euromediterránea con una conferencia altamente significativa al respecto, titulada Globalizaciones del pasado: el Caribe y el Mediterráneo. En esta ocasión los nexos históricos tuvieron que ver, claro, con la arquitectura, pero también con la menos evocada, la menos celebrada, aunque en su momento representara un papel fundamental para la preservación de las fronteras: las fortificaciones militares.

El arquitecto se remontó a la Antigüedad para relatar la evolución de bastiones y baluartes

Tras las intervenciones del director de la Tribuna Euromediterránea, Francisco Carrillo, y del presidente de la Fundación Málaga, Juan Cobalea (además de Miguel Tello, vocal de Participación Ciudadana del Ateneo), Moreno Peralta se dirigió al salón atestado y revisó la obra que entre los siglos XVI y XIX desarrollaron a las órdenes de la Corona de España “grandes ingenieros militares que hoy son los grandes olvidados de la cultura”. Haciendo gala de su querencia humanista, el arquitecto se remontó a la Antigüedad clásica para introducir de manera pedagógica la evolución de bastiones y baluartes, “en los que confluyen la arquitectura, la ingeniería, la física, las matemáticas, el arte de la guerra, la geografía y el urbanismo”. De hecho, ya desde el siglo XVI, “la fascinación por el sustrato matemático dio lugar a no pocos encontronazos entre los militares-ingenieros y los militares-militares. Unos estaban más preocupados por la utilidad práctica, empírica, de estas maquinarias dispuestas a su mando; otros por un idealismo derivado de las exigencias de aplicar la perfección matemática, y otros no ocultaban la dimensión ideológica de esas propuestas teóricas”. El Caribe y el Mediterráneo compartieron así numerosas construcciones en las que el equilibrio entre idealismo científico y utilidad militar prodigó muestras determinantes del mayor talento de su tiempo, hoy silenciado en su olvidada erosión.

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