Cultura

En la casa de la ilusión

  • El Circo del Sol levantó ayer su Gran Carpa Blanca en el Cortijo de Torres diez años después para su 'Totem', que se representará a partir del 1 de junio

El carácter nómada que tradicionalmente corresponde a la práctica circense, con su consiguiente ir y venir por los caminos y con los bártulos a cuestas, se convierte en una cosa seria cuando hablamos del Circo del Sol. Y es que el espectáculo comienza realmente con la instalación de su Gran Carpa Blanca, la estructura que cobija su puesta en escena y que se ha convertido por derecho propio en emblema de la compañía de Quebec. Al mediodía de ayer, eran más de sesenta los operarios que participaban en el levantamiento de la misma en el Cortijo de Torres, previa alzada de más de mil postes de acero desde el suelo; y tanto los volúmenes implicados como el equilibrio coreográfico de la operación evocaban ya, sí, una monumentalidad similar a la que muy pronto podrán disfrutar los espectadores en el interior. La cita revistió de forma generosa la connotación de ocasión especial: hacía diez años que la Gran Carpa Blanca del Circo del Sol no pasaba por Málaga, desde que se instalara por última vez para Quidam en 2008. Desde entonces, la ciudad ha acogido otros espectáculos de la agrupación pero en su formato arena y con el Palacio de los Deportes Martín Carpena como sede, digamos, consoladora. Pero quienes han probado ambos formatos saben que no es lo mismo. Ahora, al fin, la carpa cuya instalación comenzó ayer recibirá al público en el recinto ferial para las funciones de Totem programadas entre el 1 de junio y el 1 de julio, tras la premiere especial del 31 de mayo, lo que supondrá la manifestación del Circo del Sol en todo su esplendor.

Y es que la Gran Carpa Blanca es sólo la parte visible de un iceberg que oculta en su fracción sumergida mucho más. De hecho, el levantamiento de ayer no significó más que el primer paso de un proceso de instalación que se desarrollará durante ocho días, hasta la misma jornada de la puesta de largo en Málaga de Totem, ya que además de la Gran Carpa Blanca la compañía trae consigo la carpa de artistas, la taquilla, las oficinas administrativas y la cocina. El Circo del Sol es, en cada espectáculo en gira, una verdadera ciudad sobre ruedas en la que medio centenar de artistas (además de otro tanto de técnicos) de los más diversos orígenes encuentran acomodo, espacios para los ensayos y calentamientos, lugares de esparcimiento para los descansos y una gastronomía acorde con sus costumbres. Pero ya sólo las dimensiones de la Gran Carpa Blanca permiten hacerse una idea de la envergadura de esta ciudad: con capacidad para más de 2.500 personas, la estructura, que mide 19 metros de altura y tiene un diámetro de 51 metros, se sustenta sobre cuatro grandes mástiles cuya altura supera respectivamente los 25 metros. Su fijación en el suelo precisa 550 piquetas de un metro y medio, lo que se corresponde plenamente con un trabajo titánico. Mención aparte merece la climatización de la Gran Carpa, que garantiza la temperatura más adecuada en su interior también cuando el aforo se llena hasta los topes. En total, la puesta en escena de Totem requiere un equipo de dos mil toneladas que transportan 75 tráilers. Pero, ¿qué representa todo este órdago babilónico al lado de la ilusión de niños y adultos?

Creado por el canadiense Robert Lepage, referencia ineludible del teatro contemporáneo (su montaje de La Celestina protagonizado por Núria Espert se programó en el Teatro Cervantes de Málaga allá por 2005) y aliado de artistas de rock para la mise-en-scène de sus giras como Peter Gabriel, Totem, cuyo estreno tuvo lugar en Montreal en 2010, pone todo el talento del Circo del Sol al servicio de una historia universal: la que narra la evolución de la humanidad desde la misma aparición de la especie hasta la llegada del hombre a la Luna. Las resonancias cósmicas son por tanto notables, hasta el punto de que el montaje integra las fotos que uno de los fundadores del Circo del Sol, Guy Laliberté, tomó a bordo la Estación Espacial Internacional en la que se conoció como Poetic Social Mission. Acrobacias, coreografías, música en directo, unos payasos impagables y una estética tan poderosa como poética trenzada a través de la iluminación, los vestuarios y las impresionantes escenografías vuelven a ser los ingredientes esenciales que harán las delicias de los amantes del Circo del Sol. En la casa de todos.

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