Desde el jueves, Fabiola Toledo, Lolita Flores, Loles León y Alicia Orozco están en el Teatro Alameda con Más Sofocos, una comedia musical dirigida por Juan Luis Iborra, que afronta la menopausia desde un punto de vista cómico. El éxito de la obra desde su estreno se ha reproducido en Málaga, pues el lunes no estaba prevista ninguna función y finalmente se amplió por ser día festivo, dado el ritmo de venta de entradas. Desde la terraza del hotel Málaga Palacio, la actriz Fabiola Toledo atiende a Málaga Hoy preparada para la doble función del viernes dos horas después. Después de la capital, pasarán por Alicante y Valencia, donde permanecerán todo un mes.
-¿Sigue siendo la menopausia un tema tabú?
-Cada vez menos y más de hace un año a esta parte que empezamos con la obra; como lo hacemos de una manera jocosa y simpática para hacer reír. La menopausia se presta mucho a situaciones digamos incómodas al mismo tiempo que cómicas, por lo que de este modo le quitamos mucho hierro. No entiendo por qué no se habla abiertamente igual que se hace con la regla o un embarazo. Porque perseguidas por las hormonas estamos desde que nacemos. A raíz de esta obra y gracias a tanta gente también que nos ha ido a ver, aunque parezca pretenciosa, la verdad es que se habla con más naturalidad de la menopausia.
-Como consecuencia de tratar el tema con humor
-Claro, porque es algo de lo más natural. Además de inevitable. Da igual la edad que tengas. Puedes tener 30, 40 ó 50, antes o después toda mujer va a llegar a esa etapa.
-La obra que traen es una secuela de Sofocos, todo un éxito, ¿está vas a más como su título indica?
-Va a más porque cambiamos sketches, se incorporan otras actrices, Loles León y Alicia Orozco, y la obra cambió; aunque en esencia es siempre lo mismo. Es la menopausia, situaciones distintas. Cada una de nosotras tiene cinco personajes distintos para interpretar, por lo que son 20 mujeres distintas las que interpretamos.
-Ágatha Ruiz de la Prada aporta el color necesario para destapar el tabú de la menopausia en el vestuario y la escenografía, ¿no?
-El color y si me apuras hasta la alegría, porque sólo vernos sentadas a las cuatro cuando se abre el telón pues ya la gente se parte de la risa de cómo vamos y eso es mérito de Ágatha Ruiz de la Prada. Un colorido fantástico hace que una obra vibre, porque el color es fundamental. La escenografía también es maravillosa.
-¿Cree que las obras cómicas son las que pueden sacar al teatro de la crisis en la que lleva inmerso años?
Quizás, sí. La gente quiere reírse, sobre todo cuando tiene tantos problemas y lógicamente no vas a ir a ver algo triste. Tienes que ver algo que no sólo te emocione sino que también te haga reír.
-El éxito en Málaga ha sido rotundo. Siete funciones en cinco días y para la mayoría de ellas, casi lleno absoluto.
-Ayer [por el jueves] el teatro estaba a reventar. Un público maravilloso porque la gracia del sur ya la conocemos y sabemos cómo es; a mí me encanta. Pero no sabía que nos iban a recibir tan bien, lo valoro mucho.
-De las obras que vienen al Teatro Alameda, es una de las de mayor precio y aún así eso no ha impedido que hoy [por ayer viernes] estén prácticamente vendidas para todas las funciones.
-Es una obra que dura dos horas y a veces más, porque con las risas del público se alarga. Bailamos, cantamos... La gente tiene la garantía de que algo va a reírse y si no como mínimo sonreír; y eso pues te lo da un espectáculo de estas características. Precisamente por el precio que tiene lo damos todo porque realmente sabemos lo que cuesta ir a un espectáculo. No puedes darle cualquier cosa a quien paga para ir a verte.
-¿Qué interpretación considera que aún le queda por hacer?
-Para mí fue fantástico hacer esto porque jamás en mi vida he hecho comedia. He sido una actriz dramática, siempre he hecho de mala malísima o he trabajado en series y películas en las que tenía un peso emocional negativo, personajes con problemas y ésta es la primera vez que hago comedia en mi vida. Entonces estoy emocionada y encantada, creo que me voy a dedicar de ahora en adelante a la comedia; tiene mucha más satisfacción aunque cuesta más. Tiene más aliciente para interpretar porque es más complicado arrancar una sonrisa que una lágrima y a mí me gustan los retos.
-¿Realmente es más complicado una sonrisa?
-Es mucho más complicado; es mucho más difícil hacer reír que hacer llorar. Primero porque no todo el mundo tiene el mismo sentido del humor, el estado de ánimo de la persona cuenta mucho también. La tristeza en seguida se contagia. Una risa, cuando la estás provocando cuesta más sin duda.
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