Literatura

Guillermo Busutil, Premio Nacional de Periodismo Cultural

  • El galardón reconoce el carácter "transversal y polivalente" de la obra del autor, quien hace extensible el premio "al periodismo cultural de provincias, el que se hace fuera de Madrid y de Barcelona"

Guillermo Busutil, en una imagen reciente.

Guillermo Busutil, en una imagen reciente. / Carlos Gil

Comenzó Guillermo Busutil (Granada, 1961) su labor en el periodismo cultural muy pronto, a los 17 años, con sus criticas de cine para La Hoja del Lunes. Amplió después su mirada precisa, incisiva y crítica al arte, el pensamiento, la literatura y las artes escénicas: "Salvo la música, he escrito sobre todo", apuntaba este lunes en declaraciones a Málaga Hoy, ofrecidas poco minutos después de que el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, le confirmara vía telefónica su condición de ganador del Premio Nacional de Periodismo Cultural. El galardón reconoce precisamente el valor "transversal y polivalente" de la obra periodística de Busutil, quien cuenta ya en su haber con los principales premios relativos al periodismo y el articulismo en España aunque ve ahora definitivamente validados "cuarenta años de profesión consagrados a hacer lo que más me gusta junto a la escritura literaria: el periodismo cultural hecho con una vocación no menos literaria".

Y es que estos cuarenta años han dado para mucho. Busutil ha escrito para las primeras cabeceras nacionales, desde El País hasta La Vanguardia, desde la Málaga en la que vive y trabaja desde 1988. Su aportación también ha sido más que notable en la prensa local,  especialmente en La Opinión de Málaga, aunque su proyecto más especial y personal en lo que al periodismo cultural se refiere fue la dirección entre 2007 y 2019 de la revista Mercurio, que de la mano de la Fundación Lara convirtió en todo un referente del periodismo literario en España. Precisamente, en Mercurio hizo valer con especial alcance su mejor registro junto a las críticas: las entrevistas, realizadas siempre con hondura, ambición y rigor en una nómina en la que figuran todos los grandes autores en lengua española de su tiempo. Ahora, Busutil hace extensivo este Premio Nacional "a todo el periodismo cultural que se hace en provincias, especialmente en Andalucía. Ojalá quede claro de una vez que no hay que estar en Madrid ni en Barcelona para hacer buen periodismo. Siento que, de alguna forma, este reconocimiento es también para mis compañeros. Y esto lo hace todavía más emocionante". 

"Siempre se me ha reconocido más fuera. En Málaga muchos pensaban que me había jubilado. Pero no, aquí sigo, sacando varios proyectos adelante"

Viene este Premio Nacional, del mismo modo, a revisar los sinsabores propios del oficio: "Hay momentos difíciles, sí. Siempre se me ha reconocido más fuera, eso es así, pero es que desde hace un tiempo me he sentido algo desplazado. En Málaga muchos pensaban que me había jubilado, pero no, sigo en activo, trabajando, sacando adelante numerosos proyectos". Además de sus actividades profesionales y de la labor docente que desarrolla en instituciones como la Universidad Internacional de Valencia, Guillermo Busutil ha protagonizado en los últimos años un sonoro activismo cívico especialmente en lo que se refiere a la anunciada construcción de la torre del Puerto, al frente de la plataforma Defendamos Nuestro Horizonte. Este último año ha dirigido para el OMAU (Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga) el ciclo Destramando la ciudad, acerca de temas relacionados con el urbanismo, participación ciudadana, cultura y nuevos lenguajes de la ciudad. 

En 2019, Busutil reunió algunas de sus mejores crónicas culturales en el volumen La cultura, querido Robinson (Fórcola), con prólogo de Antonio Muñoz Molina. Su dedicación literaria se ha vertido expresamente en el relato, género al que ha consagrado libros como Drugstore (2003) y Nada sabe tan bien como la boca del verano (2008). Como periodista cultural, su firma está presente en cabeceras como La Calma Magazine, la revista Litoral, Zenda y el suplemento Culturas de La Vanguardia. Su magisterio cuenta con un amplio número de seguidores, pero su práctica del oficio se sigue conjugando, por derecho, en tiempo futuro.      

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