Con los teatros públicos cerrando circuitos y festivales y los privados sufriendo la embestida del IVA, la gran esperanza de la escena en Málaga (como en todas partes) se encuentra, quién lo iba a decir, en la escena independiente. La ciudad ha visto nacer en los últimos años algunas experiencias interesantes guiadas por compañías que deciden convertirse en gestoras a tiempo completo de sus propios espacios, lo que abre puertas a programaciones alternativas hechas con pocos recursos pero dotadas, y aquí se encuentra el quid de la cuestión, de llamativas intenciones. Mientras el Ayuntamiento termina de recuperar el teatro en los distritos e instituciones como el Ateneo se apuntan al microteatro con notable éxito, las compañías malagueñas tienen en estos rincones de reducido aforo pero impagable ambiente familiar una oportunidad de oro para engordar sus agendas, que de eso se trata. En este sentido, quizá el paradigma de espacio independiente quede representando en la Sala Joaquín Eléjar, que desde 1999 viene dando guerra en lo que al teatro se refiere por empeño del colectivo Maynake en su sede de la calle San Juan Bosco, en Ciudad Jardín. Sin renunciar a su activismo de barrio, sus responsables han sabido ganar el apoyo municipal para ofrecer a propios y extraños propuestas cada vez más ambiciosas. Este trabajo ha ido creciendo año tras año y en la temporada que ahora arranca cobra forma definitivamente con un proyecto de preclara ambición: una programación con funciones cada fin de semana hasta junio de la mano de trece compañías, con un precio de las localidades en taquilla de cinco euros. Un auténtico festín por el que teatros con mucho más poderío entregarían todas las cucharas.

Así, cada sábado y domingo de este mes de septiembre, la compañía Teatro de la Orilla representa la comedia Negro sobre negro. Durante el mes de octubre se celebrará la quinta edición de la Muestra de Teatro Malagueño, con Unas Teatro (Conocimiento de causa), Síndrome Dario (Curiosa forma del tiempo), Caramala (Memoria de pez) y La Imprudente (Combate). En noviembre tomará la sala Teatro del Lazzi con el ciclo de cuatro montajes El mundo al carajo, y en diciembre, por aquello del periplo navideño, Adia Teatro hará lo propio con su obra para todos los públicos Cuarto y mitad de piratas. En enero, Vil Teatro representará la comedia de Ery Nízar 1 de septiembre, y en febrero La Caldera llevará a la Joaquín Eléjar una de sus piezas más aplaudidas, Soy fea. En marzo, La Perrera presentará dos espectáculos, Amén Amén y Pero no demasiado, mientras que en abril Mu Teatro subirá a la escena su conmovedora El suicidio del ángel. La mordiente se hará cargo del mes de mayo con Crack. La rebelión de las lágrimas, y La Pulga Producciones cerrará el cartel durante el mes de junio con La pastelería mágica. Así que aquí habrá teatro para todos, distinto, para reír y llorar, para sentirse vivo. Mientras nos dejen.