Cultura

La reinvención de Jarvis

  • El que fuera líder de Pulp saca las uñas, afiladas por el productor Steve Albini, en su segundo disco en solitario: a más y mayores complicaciones, mejores canciones

No es sólo que Angela sorprenda casi al inicio del disco con su arrolladora estructura rockera, con su apabullante riff, es que un corte como Caucasian Blues nos muestra a Jarvis Cocker, entre el guiño y el homenaje, mutado en una suerte de Johnny Rotten y, por si quedaran dudas, pocas, Fuckingsong, haciendo honor a su título, lanza sus macizas guitarras a los oídos como si tratara de un doble directo a la mandíbula, mientras que la homónima Further Complications las convierte en rasposo papel de lija con el que se rascan unos coros de delicioso ascendente pop.

De la mano de Homewrecker!, y no es la única, surgen las inevitables comparaciones con un Bowie pretérito. ¿Es Martin Craft el Mick Ronson de Jarvis? ¿Es el casi instrumental Pilchard, apenas salpicado por unos gritos y gemidos, la puerta de acceso a una nueva y vibrante dimensión, redefinición, del rock cósmico?

¿Qué demonios ha pasado aquí? Ésa es en realidad la pregunta pertinente, porque el tipo que nos encandiló desde Pulp nunca, jamás, se había exhibido, al menos desde el plano puramente sonoro, tan fiero -de su visceralidad sí dio cuenta alguna que otra genial salida de tono, como aquella ocasión, en los Brit Awards del 96, en la que harto del mesianismo de Michael Jackson, el mismo que hoy llena páginas y pantallas con casquería inimaginable, saltó al escenario interrumpiendo brevemente su actuación-.

La elección de Steve Albini como productor de este segundo disco con nombre propio es un elemento a tener en cuenta, pero es, en efecto, una elección: tras ella debe de estar la intención. Y la intención, parece evidente, es hacer pupa, sacudir, conmocionar y, en definitiva, exorcisarse.

Aunque también hay espacio para evocar los tiempos de Pulp -Hold Still, preciosa; los dos baladones en toda regla, redondos, perfectos, I Never Said I Was Deep y Leftovers; la tensa y hermosa Slush, a medio camino entre pasado y presente, y el tórrido smooth soul de You're in My Eyes (Discosong)-, la tónica, la marca indeleble que este álbum imprime en la escucha es la de ese inesperado y virulento rockismo, sin concesiones, que permite a Jarvis Cocker reinventarse y a nosotros reivindicarlo, una vez más, como uno de los nombres mayores del pop británico de las últimas tres décadas.

Si su anterior trabajo, Jarvis (2006), no fue aplaudido de manera unánime, éste, por contra, debería conseguir que nos dolieran las palmas de las manos. ¡Bravo!

Jarvis Cocker Rough Trade / Popstock! Rock. LP / CD

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