Las mascarillas protagonizan otro calvario en Semana Santa. Tras dos años de sequía procesional por motivos sanitarios se añade otro latigazo de ley. Lo de andar embozado en pelota playa allá por las arenas nudistas será digno de reír. Lo de caminar por el monte donde con el tapabocas en regla no te vayan a boletear. Mientras lo solucionan o se ponen de acuerdo en tanta restricción, algo extraño sucede en Cenacheriland. No chillan las ruedas de los coches, tampoco huele a incienso. Entre el cambio horario y los desórdenes de luz que alteran al personal, el tráfico rodado fluye discreto como colas de visitas a las imágenes titulares en las casas hermandad. Un goteo incesable y procesionario.

Los puestos de manzanas de caramelo y globos de los profesionales en estos guadalmedinas revueltos nos ubican en otro abril para recontar. 24 millones de euros es la repercusión de la semana santa todo incluido a ojo de buen cubero según el Análisis del impacto económico de la actividad cofrade de la ciudad de Málaga, realizado por la Cátedra de Estudios Cofrades de la UMA que dirige Benjamín del Alcázar, decano de la Facultad de Comercio y Gestión umita. Cada hermandad es un universo, abundan todo género de oficios donde prácticamente todos trabajan por la patilla legionaria y si se despista el hermano le cuesta la hijuela según advierte mi experto en capirotes de confianza. A pesar de tanto trabajo voluntario, anota el estudio recién presentado, las cofradías y hermandades se financian así: 31% a base de cuotas, otro 16% con eventos y actividades complementarias. Sume el 15% de la cuota específica de la salida procesional. Añada el 13% que aporta la Agrupación de Cofradías. Se rasca un 12% con los ingresos de la casa hermandad y complete la cuenta con el 13% de subvenciones y donaciones. Cifras que oscilan en función del tamaño del gremio y cuantía de miembros dado que en todos los cabildos se cuecen papeletas e impuestos. Además de los oficios rescatados: orfebres, plateros, imagineros, bordadores, cereros…que procuran ese espectáculo multimedia y barroco de fe. Tradición que pervive y escenifica el lado humano de la divinidad a través de la pasión de Cristo. En el presente las cofradías aspiran a profesionalizar su gestión integral y ya hay consultorías especializadas en optimizar los recursos como una empresa competitiva que realiza una importante labor social a rostro descubierto.

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