La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Inquebrantables

A la buena política le procuran mala compañía quienes se sirven de ella, no quienes la sirven

Le surgen a menudo compañías despreciables e inapropiadas a la política. La más perniciosa es la sociedad que a veces forma con la mentira y la corrupción. Es lo que más perjudica su prestigio, porque esos socios alteran el sentido honesto de su mutua confianza. Es la relación más ruidosa, una asociación que buscan unos pocos para abastecer el engolado ego de sus riquezas, imposibles para ellos sin la política de por medio.

A la política se le une de cuando en vez el lío de faldas y pantalones de sus representantes, de los que nos enteramos sólo cuando los interesados desean dar a conocer sus "hazañas". Como si su ligar cotidiano añadiera argumentos a sus políticas para ser elegidos. Dicen que Peña Nieto se casó con una actriz famosa en México para influenciar en el ánimo electoral de las numerosas seguidoras de sus telenovelas. Ahora, que ya no es presidente azteca, han decidido divorciarse. Les duró el amor tanto como el cargo.

Se unen también a la política los ninis de todas las direcciones ideológicas, cuyo origen primario es su desierto laboral y académico, con destino fijo en su propio salario, a pesar de lo poco que ofrecen. El más friki, en expectativa de lograr nómina, se llama Nicolás, al que apellidan 'El pequeño' para distinguirlo de cualquier otro. Pero hay muchos más que ya llegaron antes a puestos de relumbrón fatuo y figuración pública bien pagada. Y ahí siguen, intentando batir el impresionante récord de Marugán o Celia Villalobos.

Pero lo que no era de esperar es que a la política le surgiera también un resiliente escritor con negra, siendo presidente en ejercicio. Ni que se creciera tanto en yoismo, ni en reiterar públicamente su amor por sí mismo, usando el mi, yo, conmigo, en proporción directa a su autoestima, que tiene poco de socialista. Provoca resuello y fatiga, que avergüenza, ver su auto valoración infinitamente ridícula, por tan altiva. ¿Es consciente el neófito autor que si él no fuera presidente, su 'obra' a cuatro manos tendría el mismo desplante que tienen los móviles con los expresidentes? De ahí que aproveche la Moncloa. Por si acaso.

A la buena política le procuran mala compañía quienes se sirven de ella, no quienes la sirven. Parecieran ir ganando los primeros, porque sus ruidos les son rentables ante nuestra disposición inquebrantable a seguir y votar por la ruta de una fe ideológica contra viento y marea, más que a recontar votos que pidan cuentas de usos y abusos indecentes e indebidos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios