Pasamos a fase turismo

Un centenar de vuelos diarios aterrizarán en Málaga desde el miércoles. Sólo que el año pasado eran más de 500

REPUNTE, foco, clúster. Cualquier término es válido menos utilizar las palabras brote o rebrote. Las dos representan la amenaza. Significan el miedo de volver a empezar. Si los titulares de los medios de comunicación las difunden, transmiten inseguridad, lo contrario que necesita el turismo. Y estamos en plena campaña de seducción y sonrisas. Muchos destinos en competencia y escasa demanda. El miércoles arranca la temporada alta de unas atípicas vacaciones de verano.

Hasta la Generalitat se gastará 7 millones de euros en una promoción que persigue que los españoles conozcan Cataluña. Una medida inteligente. "Venga, siéntase como un independentista durante una semana", podían haber elegido como lema. Turismo de experiencias o de sensaciones. Si tienen éxito pueden decir que con su apuesta se han limitado a recuperar por otra vía parte del dinero que España les "roba".

Las encuestas revelan que los potenciales visitantes tomarán la decisión a última hora. Y no por las ofertas, que también llegan al por mayor en los últimos días desde los hoteles. El agosto pertenece a las casas rurales con piscina. Alquiler en grupo y salida algún día a restaurantes de la zona, previa reserva. El examen comienza esta semana y los números, a priori, no mueven a un optimismo desmesurado. Hay empresarios que dicen que ahora hay más anulaciones que reservas. Para animar, las administraciones venden como noticias las consultas a una página web del destino Costa del Sol o el número de veces que se pincha en los horarios de las compañías áreas para volar a Málaga. Pero nada de eso se traduce en billetes comprados y camas ocupadas.

Desde el inicio del mes un centenar de aviones aterrizarán cada día en el aeropuerto malagueño. ¡Albricias! Sólo que el año pasado, en julio, las operaciones diarias superaban las 500. Los viajeros sobrepasaron los dos millones y ahora sólo se espera una quinta parte. Por el momento, sólo se contempla la apertura de 70 hoteles. Y la planta de Málaga es superior a 300. También hay lecturas paralelas. Muchos establecimientos son propiedad de fondos de inversión y si no hay rentabilidad asegurada, siguen cerrados. Si es necesario, le darán el pase a otro comprador. Que Málaga tenga en proyecto 33 hoteles de lujo y 5 estrellas no salvará el verano.

Así que en un terreno tan sensible si se produce un caso como el de los centros de Cruz Roja en Málaga, con más de noventa positivos, el nerviosismo se impone. La transparencia se olvida y la información es la primera damnificada. De manual. Ahora el mando único recae en la Junta. Al distrito sanitario corresponde la responsabilidad de atajar los contagios, de identificar y aislar a los contactos, muy difíciles de controlar porque el periodo de incubación es largo. Así que no es cuestión de palabras.

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