Letra pequeña

jAVIER NAVAS Baena

Pelea en el patio

NO se sabe mucho de las ideas políticas de los adolescentes -las estadísticas en este caso, como en otro cualquiera, mienten-, pero se les suele atribuir un color muy colorado, obviando a los que se mondan la cabeza y calzan botas con refuerzo en la punta. Tal vez se deba a su indefinición o su indigencia: en los pasillos del insti, cuando yo aún me resistía a afeitarme, se expresaba la ideología, que es una idea bastarda, por lo icónico. Según me cuentan, los quinceañeros son inmovilistas, aquello está como siempre: se identifican, o bien con una foto del Che en la carpeta, Bob Marley en los auriculares y aliento a porros; o bien con un cocodrilo bordado a la altura de la tetilla, prueba de querencia por partidos con su fondo de reptiles y su tesorero haciendo de encantador de serpientes. Sé que simplifico dando brochazos gordos, esto no es un catálogo de tribus juveniles, solo ilustra sobre una edad en que los principios se llevan por fuera. Claro que los padres tampoco hilan más fino y conservan los valores del mejor John Travolta, que con veintitantos largos hacía de bachiller ceporro; no hay más que ver el tirón de cierto partido de niños con canas en la perilla que se jubilarán sin salir del aula.

Benamocarra es una villa broncosa. Lo del alcalde y el director del instituto parece de novelas de Don Camilo, con el cura enfrentado al "sindaco" comunista. Tal vez en su día fue solo cosa política pero ya va por lo íntimo, cuando el alcalde Lucena ni siquiera engrosa el PP. La mala baba se extiende y ahora una alumna ha publicado en internet -una prolongación de los viejos recreativos- advertencias contra la perversión de un centro que prácticamente exigiría carné de las Juventudes Socialistas para prosperar. Incluso si es un disparate esto de comparar un instituto con la Complutense, no ha dicho nada agresivo, los grupos en Facebook de antiguos alumnos de la UMA dan miedo y en los retretes de un centro educativo se escriben cosas ingeniosísimas.

Todavía estamos aprendiendo cuál es el valor de un graffiti digital, si tiene alguno. Pero con el clima de convivencia de Benamocarra, la chica ya no es una estudiante sino un pedrusco filoso y arrojadizo; y debería dar que pensar a la comunidad, no solo al alcalde, no solo al profesor, si con esta manipulación de futuros ciudadanos, votantes y políticos, no estarán envenenando el pueblo y estercolando la escuela.

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