La cosas de la maquiavélica o el arte de chifear a la oposición molestan. Para una ciudadanía que aspira al sosiego, a la política tranquila. Poco ganamos con tanto frenesí. Cuesta morderse la tecla y la lengua con los sucesos electorales del Madrid me mata que nos tienen tan hastiados en la periferia. Por el Palacio de las Cinco Llagas andan cavilando el adelanto de elecciones autonómicas en Andalucía. Con el desbarajuste del PSOE, el naufragio de Ciudadanos, la espantá de Pablo Iglesias… Las maniobras de las que informan los analistas avezados bullen. La febril actividad allende donde el puño y la rosa anda con el Espadas de gira en alto. Días atrás estuvo calentando el ambiente en la Térmica.

La otrora reina de las Marismas mendiga décimas para la pole position en las primarias. La ocasión la pintan de dinerito calvo para convocar nuevas elecciones y fagocitar a socios de gobierno la tentación. Aprovechar el rebufo de Ayuso en el PP andaluz. Eso de perpetuarse en el poder es de manual del arte de la guerra. A enemigo que se hunde urna de plata. Con unos comicios express se quitan a Ciudadanos de en medio , evitan a un Podemos o Más lo que sea a medio cocer y de paso sorprenden al PSOE en intestina reyerta sucesoria. Cosas de la estrategia para pervivir y apalancarse en el machito un cuatrienio más. Otros pensamos que lo que se necesita es calma y consenso. Una política práctica para ir domando poco a poco al coronabicho. Ver como manejamos la sequía de turismo y nos las apañamos para llegar financieramente vivos a 2023 sin tanto rejón fiscal. A los curritos de a pie e IRPF y nómina contante y menguante molesta esa voracidad, esa ansia desmedida por figurar. Ofende la alegría con la que se convocan costosas elecciones que aletargan la toma de decisiones en un momento en el que hay que actuar, centrarse en lo importante que se apila junto a lo urgente. En Cenacheriland los munícipes de la Carcasona del Parque, con esa mayoría amocionada prendida con alfiler sensato, lo están haciendo relativamente bien. Hay consensos entre muy diferentes formaciones políticas y se avanza a 30 km hora y otras invenciones al trantrán. No andan a la bronca perpetua y este detalle con las angustias que corren, es síntoma de civismo y sentido común.

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