Más viejos, más solos

¿Se han dado cuenta de que, de un tiempo a esta parte, encontramos fruta a la venta por mitades

El pasado martes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo públicos los resultados de la Encuesta Continua de Población. Me llamó la atención la persistencia de un dato que hacía referencia al tamaño medio de los hogares en España, que continúa reduciéndose en una tendencia que se viene observando desde hace ya varios años. En el tercer trimestre del año, dice el INE, la media ha sido de dos personas por hogar, con un incremento – en la última década– de un 23% entre aquellas que deciden vivir solas. Este aumento es paralelo a la reducción del número de familias compuestas por cuatro miembros o más (pareja con dos hijos) y lo explican por distintos factores, entre ellos la caída de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida, que incrementa el número de hogares en los que vive una persona mayor sola, bien por opción personal o porque sobrevive a su cónyuge, y reúne las condiciones para vivir por su cuenta. Apañados vamos: país de viejos… y de solos. No hay que ser un lince para constatarlo. Una prueba de esto la tenemos en los supermercados ¿Se han dado cuenta de que, de un tiempo a esta parte, encontramos fruta a la venta por mitades? Medio melón, media piña, media papaya… por no hablar del incremento de mostradores con comida preparada, con menús para uno. Ahí lo tienen: el mercado lo ha visto claro y ajusta sus productos a las características de la demanda. Listos, mucho. Las personas mayores de 65 años representan ya el 19,6% de la población en España (9,31 millones). Y según los datos que se proyectan, en poco más de dos décadas este número alcanzará los 12,8 millones. País de viejos, decimos, aunque mejor cabría decir de viejas, porque según los últimos estudios les ganamos a ellos en longevidad. El único sector de la población que no para de crecer es el de los inmigrantes. En lo que va de año su número se ha incrementado en casi cuatrocientas mil personas, que se dice pronto. Sólo durante el pasado verano, hemos recibido, según el INE, a 34.000 colombianos, 24.400 marroquíes, 15.300 venezolanos, 13.000 peruanos, 8.800 italianos, 7.300 argentinos, 6.200 rumanos, 5.500 hondureños y 5.200 ucranianos. Son más jóvenes –los viejos no se arriesgan a emigrar– y tienen, de media, más hijos que los nacionales. Está claro: el futuro vital de nuestro país, como en toda la vieja Europa, está en sus manos. Y que no se vayan, o a ver quién tirará de este país, … o quién nos cuidará mañana. No hay otra.

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