La Guardia Civil investiga las circunstancias que rodean la muerte de una mujer cuyos restos óseos han sido encontrados junto a una maleta que se encontraba abierta en una urbanización de Benahavís. El hallazgo se produjo este pasado lunes. La investigación ahora se centra en identificar a la víctima, que según las primeras hipótesis podría haber sufrido una muerte violenta, aunque los huesos que han sido analizados -el cráneo, la pelvis y varios huesos largos- no tienen lesiones. 

Podría tratarse de una mujer de 20 y 50 años. Aunque las fuentes consultadas reconocen la dificultad que supone determinar con exactitud la data de la muerte, los investigadores creen que se produjo en un intervalo corto de años. 

El cadáver fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde los forenses le han practicado la autopsia para esclarecer lo ocurrido. Los resultados del examen se complementarán con otros estudios. 

El Instituto Armado ha desplegado en la zona varios equipos con perros especializados en la búsqueda de cadáveres para recabar más información. Los investigadores están analizando los datos de mujeres desaparecidas en diferentes provincias en los últimos años a fin de determinar si el finado correspondería a una de ellas. Así, la Guardia Civil cotejará la base de ADN para detectar coincidencias con alguna denuncia de desaparición.

La investigación se encuentra abierta a la espera de los avances que pudieran arrojar, en los próximos días, nuevos hallazgos y el rastreo de la zona en la que ha sido encontrada la maleta, situada cerca de un vertedero con varios contenedores. Además de los huesos, dispersos en un radio próximo de varios metros, también se han localizado mochos de fregonas y discos de una sierra radial, pero todavía se desconoce si estos y otros elementos que serán analizados guardan relación o no con lo ocurrido.

Lo que se sospecha y se ha planteado como una de las hipótesis de este caso es que la maleta, que estaba nueva, ha podido ser recientemente trasladada, aunque los restos pertenezcan a una persona que pudo haber muerto hace varios años.

De ser así, la probabilidad de que la persona que la desplazó dejara pistas es mayor, puesto que éstas no habrían sido borradas por el paso del tiempo. También se investiga si pudieron ser algunos animales como aves carroñeras y jabalíes los que pudieron ayudar a desenterrar la bolsa debido al posible olor que ésta desprendiera.

Fue el jardinero Bartolomé Gallego quien, según ha explicado a Efe, encontró el cráneo sobre las 12:30 y que en un principio pensó que era una pelota pero que al acercarse comprobó lo que realmente era, "se me puso todo el cuerpo cortado, fue una impresión muy fuerte", ha indicado.

Asimismo, ha relatado que llamó a la Guardia Civil y que cuando llegaron los agentes se pusieron a mirar entre la maleza por si encontraban algo más y que había más restos humanos. 

En 2022, también fue encontrado un cadáver amortajado en un ataúd casero bajo una capa de tierra en Manilva. El hallazgo se produjo cuando un grupo de limpiadores descubrió una gran caja de madera con apariencia de ataúd. Los trabajadores no pudieron sacarlo para tirarlo por lo que decidieron abrirlo y vaciarlo. En su interior, había una gran cantidad de arena y cuando retiraron parte de ella encontraron un cuerpo enterrado con síntomas de momificación.

La semana pasada se localizó los cadáveres de dos hermanas que vivían juntas en un piso de la zona de La Unión. Aunque parece que ambas fallecieron de forma natural, un juzgado investiga las causas del suceso. 

Sobre las 9:15 del pasado jueves 13 de abril, el teléfono de emergencias 112 Andalucía recibió una llamada del Servicio de Teleasistencia de la Junta de Andalucía -que se dedica a la atención integral e inmediata y, ante cualquier emergencia, pone en marcha los recursos necesarios para prestar ayuda, sobre todo, personas mayores- para alertar de que no conseguían contactar con una de las usuarias que residía junto a su hermana.