Expertos de la UMA insisten en la prevención para evitar incendios en Málaga: "Nuestra biodiversidad no es ajena al problema"

Los profesores explican desde diferentes enfoques las causas de la crisis actual y apuestan por la investigación pública como remedio ante fuegos cada vez más virulentos

Las lluvias 'reviven' los montes en Málaga, pero aumentan el riesgo de incendios este verano

Efectivos del Plan Infoca actuando en un incendio en Mijas el año pasado. / INFOCA

Varios profesores de la UMA han analizado la oleada de incendios que asolan España y ponen el foco en la prevención para evitarlos. Lo aplican también en la provincia de Málaga, un territorio que consideran en especial riesgo por su naturaleza.

A este respecto, el catedrático de Geografía Física José Damián Ruiz Sinoga recuerda los incidentes de gran dimensión en años anteriores en la provincia malagueña, para alertar de que no solo no hay que bajar la guardia, sino que hay que invertir más esfuerzos de manera global. “La extraordinaria heterogeneidad y biodiversidad de nuestra provincia desgraciadamente no la hace ajena a esta problemática".

"Solo hace falta tirar de memoria histórica para recordar recientes eventos en Sierra Bermeja, Sierra de Mijas, Coín, Valle del Genal, y parte de Serranía de Ronda y Sierra de las Nieves... Una auténtica amenaza a nuestro patrimonio natural que solo puede combatirse desde una adecuada gestión forestal, para evitar la vulnerabilidad de dichos espacios naturales protegidos y de la población que en ellos viven”, comenta el catedrático.

Asimismo, Ruiz Sinoga destaca el relevante papel de los gestores de políticas de prevención y servicios de extinción: “Es imprescindible profundizar en todas las labores preventivas posibles, garantizar la pervivencia del ecosistema forestal por todos los servicios ecosistémicos que genera, lo que requiere una buena ordenación de los espacios forestales, limpieza de los mismos reduciendo riesgos estivales, pero también consolidando una buena red o sistema de extinción de incendios, que garantice que puedan ser atajados en el menor tiempo y reduzca su vulnerabilidad”.

Por otro lado, el profesor titular de Botánica, director de la cátedra de Cambio Climático y miembro de la comisión de Cambio Climático de la Junta de Andalucía, Enrique Salvo Tierra, refuerza esa consideración privilegiada de la naturaleza malagueña, pero que exige ser cuidada sin descanso: “Cuánto le debemos a esas nieblas de las mañanas de verano, a ese ‘taró’ que refresca tanto estas masas forestales que ha evitado que ardan, incluso en los peores momentos. Los bosques se han expandido con éxito en nuestra provincia en las últimas décadas, dotándonos de servicios ecosistémicos que, de manera tan silenciosa que algunos los consideran intangibles, han sido la base de buena parte de nuestro ‘éxito’ territorial y económico. De ahí la importancia de su cuidado, y no confiarlo exclusivamente a su extraordinaria capacidad de resiliencia, como ha quedado demostrado tras los tres grandes incendios de la última década en nuestra provincia”.

El profesor de la UMA experto en botánica también rememora dichos incendios y por ello alerta de la importancia capital de la investigación para ayudar a entender el problema y prevenir: “Aquellos incendios nos demostraron que estábamos ante una nueva tipología del fuego, distinta a la conocida hasta entonces y en la que se basan las formas de atajarlos”. Y particularmente, defiende el trascendente rol de la universidad pública en dicha tarea: “Hoy por hoy, la universidad pública es el mayor garante del avance de la Ciencia y de su traslación al conocimiento y a los avances sociales. Sin sus logros estamos vendidos ante el incremento y variedad de episodios catastróficos que se nos avecinan. Es el valor de la función pública cuando su ejercicio se destina a la defensa de lo público”.

Asimismo, el director de la Cátedra de Seguridad, Emergencias y Catástrofes de la Universidad de Málaga, Jesús Miranda Páez, insiste en esa transferencia I+D+i entre la universidad y las entidades responsables: “Desde las universidades podemos contribuir bastante con I+D+I de sensores y de tecnologías que pueden detectar el comienzo de un incendio a grandes distancias. Pero de nada sirve desarrollar toda esta tecnología, si la administración no presta la atención necesaria a la Universidad, esto es, a la evidencia científica”, asevera.

Miranda Páez tampoco se olvida del equipo humano que en primera línea acomete la extinción de los incendios y atiende a sus posibles secuelas: “La afectación a la salud mental y al bienestar psicológico del propio interviniente, ante la impotencia que le generan estos mega incendios como los que está sufriendo gran parte de España, y la repercusión de estas situaciones de crisis en la población afectada, que conllevan pérdidas de vidas y pérdidas materiales, no son gratuitas", asegura este experto, que hace especial hincapié en la prevención.

"La única frontera para el fuego es la prevención, y esto comienza por una cultura preventiva basada en la educación (de ello estamos todavía muy lejos del nivel deseado), pero donde el no cumplimiento conlleve unas severas sanciones”, remacha.

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