La lucha por el control en la prisión de Alhaurín de la Torre desata una nueva riña entre internos a golpes

La pugna por el control interno del módulo 2 de la prisión de Alhaurín de la Torre ha desencadenado una nueva riña entre grupos de internos que acabaron a golpes en un episodios. Funcionarios penitenciarios contemplan que éste haya sido el posible inicio de un conflicto de mayor envergadura.

El enfrentamiento había dado comienzo entre dos reclusos -sudamericanos y árabes- a la que rápidamente se sumaron varios más hasta alcanzar al menos media docena de participantes. Según el relato de los hechos aportado por el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) , todo apunta a que la disputa se enmarca en la lucha por dominar el módulo, lo que implica manejar drogas, trapicheos y destinos de trabajo. “El enemigo de un preso es otro preso; eso es lo que nos salva a nosotros”, resumen funcionarios consultados por este periódico.

La rápida intervención de los trabajadores penitenciarios evitó que la riña derivara en consecuencias más graves. Aun así, dos internos fueron atendidos en enfermería al haber sufrido brechas, contusiones y otras heridas de diversa consideración, mientras que uno de los supuestos implicados tuvo que ser trasladado a una celda acristalada del módulo de ingresos.

Pese a la gravedad del incidente, denuncia la organización sindical, ningún recluso pudo ser enviado al módulo de aislamiento, ya que el centro penitenciario se había volvió a quedar sin médico, indispensable para autorizar medidas y valorar lesiones. La organización de funcionarios resalta que la presencia de un facultativo "es imprescindible para autorizar múltiples actuaciones", entre ellas la aplicación de medidas regimentales o la valoración adecuada de internos que acaban de resultar heridos. "La realidad es tozuda: faltan medios, faltan profesionales y sobra riesgo y buenísmo", aseveran desde la organización de funcionarios.

Había sido un nuevo episodio en una cadena de incidentes. La trifulca se sumaba a la registrada el viernes previo en el módulo 9, también catalogada como "tumultuaria", en palabras de Tu Abandono Me Puede Matar, y relacionada, según el testimonio de internos, con conflictos vinculados a las drogas. En aquella ocasión, cuatro reclusos fueron aislados y varios trasladados a otros módulos.

El colectivo apostilla que la violencia se ha convertido ya en una constante en la prisión malagueña. Meses atrás se ha actuado contro varios reclusos por haber tratado de introducir sustancias ilícitas en vis a vis, además de haber protagonizado agresiones a funcionarios y peleas colectivas, como la que recientemente terminó con siete presos en aislamiento por mofarse uno de la muerte de un familiar de otro.

“Las cárceles son un polvorín”

El sindicato advierte de que la situación es cada vez más insostenible. Denuncian que la autoridad se ha debilitado, mientras “las drogas siguen entrando, los drones sobrevuelan patios, aumentan las agresiones y el primer grado prácticamente ha desaparecido”.

La organización recuerda que el perfil de muchos internos, en una provincia marcada por la delincuencia organizada asentada en la Costa del Sol, incrementa aún más el riesgo. “Si no se restablecen el orden y la seguridad, la tragedia no será cuestión de si ocurre, sino de cuándo”, alertan.