Los cabildos de hermanos previos a la Semana Santa legitiman, tal y como marcan los estatutos, la salida procesional de una hermandad en su jornada. La decisión de quienes pertenecen a la cofradía pasa por dar el visto bueno, dado que son pocas las voces que se alzan contra una salida procesional.

Sin embargo, la hermandad de Viñeros suspendió la reunión del pasado lunes con el visto bueno del Obispado, que en un comunicado autorizó la estación de penitencia del próximo Jueves Santo.

La dimisión de Leopoldo Guerrero como hermano mayor de la cofradía sacramental, motivada por el rechazo de un grupo de hermanos a la decisión del cabildo de salir a partir de 2020 desde el interior de la iglesia de los Santos Mártires, ha llevado a la hermandad a una situación excepcional recogida en sus reglas: una junta en funciones asumirá la responsabilidad de la hermandad dada la cercanía de la Semana Santa.

Los órganos de dirección indicaron a través de un comunicado que “su única misión desde dicho momento ha sido ultimar preparativos de cara al Jueves Santo para que ningún hermano se viese afectado, a pesar de su también deseo de desistir del cargo, pero asumiendo la responsabilidad que se nos pidió desde el Obispado”.

La dimisión de Leopoldo Guerrero llevó a la hermandad a una situación excepcional

Por ello, y tras los pertinentes estudios de los responsables diocesanos, la Diócesis remitió un documento con el visto bueno del vicario general, Antonio Coronado, y el secretario general-canciller, Francisco García Villalobos, para “autorizar la salida procesional” de la hermandad de Viñeros, indicando en la misiva que “los responsables velarán para que no se produzcan situaciones no deseadas y para que el desfile procesional se desarrolle ordenada y dignamente”.

La comisión permanente y la junta de gobierno de Viñeros solicitaron a los responsables diocesanos la suspensión del cabildo de hermanos que debía votar la salida “dado que entendemos que somos simples gestores sin facultad para presidir cabildo” según informaron en su comunicado.

La posibilidad de generar conflicto entre los hermanos que estaban a favor y en contra de modificar el lugar de salida, pasando de la casa hermandad al templo al que se adscribe y pertenece la iglesia de la Aurora María, sede de la corporación, se extinguía si la decisión final pasaba por manos del Obispado.

Así, la procesión se desarrollará con normalidad el Jueves Santo, tal y como se acordó en el seno de las reuniones realizadas en la Agrupación de Cofradías: el cortejo comenzará su estación de penitencia a las 17:30 y llegará a la tribuna principal de la plaza de la Constitución a las 19:15. La procesión culminará su paso por el recorrido oficial a las 21:05 y, cinco minutos más tarde, rezará ante el Santísimo en la Catedral. La llegada a su casa hermandad está prevista a la medianoche.

Los responsables de la corporación del Jueves Santo añadieron, como cierre a su comunicado, que agradecen “la comprensión y pedimos disculpas por los inconvenientes ocasionados, recordando que somos meros hermanos con el único propósito de montar la Sagrada Procesión y dar testimonio de fe el próximo Jueves Santo”.