La Esperanza de Málaga, historia de una devoción a través de fotografías de archivo
Existen documentos gráficos del triduo de 1924 en Santo Domingo hasta su Coronación en 1988
Desde la quema de conventos hasta San Pedro: la Esperanza de Málaga agranda su historia en Roma
La historia de la Virgen de la Esperanza de Málaga es una historia que nace de un sentimiento popular profundo. La devoción colectiva y la memoria litúrgica de la ciudad, y especialmente de su barrio, El Perchel, que la venera como una de sus más antiguas y queridas advocaciones marianas. Ahora la Esperanza está en Roma, en el Vaticano, el corazón de la cristiandad, pero antes de llegar al templo uno debe remontarse años atrás para comprender su razón de ser y la marea de fe que mueve en su tierra.
Desde principios del siglo XX, cultos como el triduo en su honor han fortalecido la devoción y el sentir cofrade de Málaga hacia su Virgen de la Esperanza. En 1924, la Archicofradía del Paso y la Esperanza celebró un triduo en la parroquia de Santo Domingo, antigua sede de la Hermandad. Aquella cita supuso uno de los primeros actos de culto formal -que estén documentados fotográficamente- a la Virgen, consolidando una tradición que perdura hasta la actualidad.
El 2 de abril de 1953, Málaga volvió a reencontrarse con su Esperanza en procesión. Mecida con calma, los hombres de trono obedecían las directrices del capataz. En la imagen, la Virgen avanza majestuosa por las calles del centro histórico mientras el trono dorado, de estilo barroco, se abre paso entre la multitud.
Años más tarde, en 1975, coincidiendo con el 375 aniversario fundacional de la Archicofradía, la Esperanza volvió a ser protagonista de un triduo que reforzaba su relevancia como símbolo de fe y patrimonio espiritual. La Pontificia y Real Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza ofreció una programación conmemorativa con cultos y momentos de fuerte carga emocional para los devotos y hermanos. En la imagen, la Esperanza preside su capilla en Santo Domingo.
Para conmemorar el 375 aniversario de la Hermandad, también hubo otro momento único. Los dos Sagrados Titulares -María Santísima de la Esperanza y el Nazareno del Paso- compartieron otro triduo en la sede donde los vio nacer como Archicofradía, en Santo Domingo. Esta vez, Madre e Hijo recibieron a los fieles de Málaga durante la cuaresma.
Más de una década después, sucedió uno de sus hitos más recordados: la Coronación Canónica de la Esperanza. Esta ceremonia tuvo lugar en la Plaza de la Constitución el 18 de junio de 1988, día de los santos patronos de la ciudad de Málaga san Ciriaco y santa Paula, oficiada por el nuncio de Su Santidad en España monseñor Mario Tagliaferri. Fue una celebración marcada por la participación ciudadana y el compromiso de toda la comunidad cofrade, que no dudó en volcarse y acompañar a la Dolorosa. El trono de la Virgen se transformó en su altar ante miles de personas.
También hubo otro triduo en su honor ese mismo año. Y no fue para menos: había que celebrar que la Esperanza ya había sido coronada. Para ello, hay que remontarse a un Cabildo de la Archicofradía del 14 de marzo de 1953. Según las actas de la institución, el cofrade García del Olmo pidió que se aplazara la construcción de una nueva corona para la Virgen hasta "la consecución de nuestro anhelo de que la Virgen de la Esperanza sea Coronada Canónicamente". Por unanimidad se aprobó la designación de una comisión que comenzara su estudio.
La historia de la Esperanza aún se sigue escribiendo en mayúsculas. La Virgen de la Esperanza no es solo un icono de la Semana Santa malagueña, sino una devoción y una fe que vive en el alma de los cofrades de Málaga, de su tierra, de su barrio. Desde su origen en Santo Domingo, pasando por la Coronación hasta ahora ser venerada en el Vaticano. La Esperanza permanece, abriéndose camino sobre el romero, sin olvidar sus raíces, pero mirando hacia el futuro con grandes andares.
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