El palio de Gracia no aguantó
Varias pletinas que sujetan las bambalinas se partieron por lo que el palio corría el riesgo de caerse
Todo iba a las mil maravillas. La Virgen de Gracia, titular mariana de la Cofradía del Rescate, iba haciendo gente. Ella, bien ataviada. El trono, una joya neogótica como se sabe. Y el palio, con un señorío que imponía. Era el estreno del Martes Santo que, por desgracia, ha pasado a la historia por no haberse lucido por todo el recorrido. La ruptura de varias pletinas del palio obligó a dar media vuelta al cortejo. Fue un imprevisto que costó caro. El joyero neogótico solo deleitó en tres puntos: la calle Agua, la plaza de la Merced y la calle Álamos.
El reloj marcaba poco más de las nueve de la noche. La Virgen se situó a mitad de la calle Álamos. Dos toques, uno más, ¡arriba! y... algo pasa en el palio. La pletinas –u orejeras como también se le denominan– del techo sonaron a castañuelas. Son las piezas que unen las bambalinas con las barras de palio. Algo va mal. El pesimismo recorrió los rostros de los 175 portadores, de la junta de gobierno de la propia hermandad y del público que fue testigo del momento.
El trono de la Virgen tuvo que parar obligatoriamente ya que el palio era un castillo de naipes que podía venirse abajo. Y encima la jornada de ayer tuvo ráfagas de viento. Los portadores, despacio y con mucha cautela, colocaron a la Dolorosa justo al inicio de Carretería, a la altura de la Cristalería Baena.
Una grúa llegó a los pocos minutos. En su cabina se subió el orfebre Cristóbal Martos que realizó una rápida inspección. No pintaba bien la cosa. El trono no pudo continuar. Y saltó la noticia. El Rescate no completaría el recorrido. “Nos volvemos”, comentó el hermano mayor de la corporación, Rafael Recio, a la par, presidente de la Agrupación de Cofradías, después de barajar diversas opciones. Media vuelta y rumbo a la calle Agua.
Justo detrás de la Cofradía del Rescate pisaba sus talones la Sentencia que seguía su transcurrir. Los nazarenos de la sección de la Virgen de Gracia se tuvieron que apartar y colocarse en el lado derecho de Carretería para que todo el cortejo de la corporación de Santiago prosiguiera. Y mientras la Virgen de Gracia que seguía allí, en ese rincón.
El Señor del Rescate iba en mitad de Carretería cuando tuvo que parar y echarse a un lado, justo a la altura de la placita donde se encuentra la antigua muralla que rodeaba a la ciudad. La Sentencia continuó y se cruzó con la Virgen de Gracia.
La Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos hizo lo propio. Al cruzarse, algunos portadores del varal H cedieron sus puesto a varios portadores de la Virgen de Gracia, que dieron un tirón, mientras su titular estaba allí. Fue un momento extraño ver a portadores de Gracia y Rosario en un mismo trono llevando a esta última y vitoreando a la Virgen de Gracia. También se personaron las Fuerzas de Seguridad, formada por agentes de Policía Local y Nacional. La gente allí presente formaron un tapón y tenían que pasar los titulares de Sentencia. Los portadores de la Virgen de Gracia unieron sus manos y formaron un cordón para facilitar el paso de los nazarenos de Sentencia. A todo esto, el Rocío subía por Casapalma para incorporase a Álamos. Había que esperar para tener luz verde y reengancharse.
Rafael Recio, Pipo, vivió el momento más amargo dentro de su mandato. No poder continuar la procesión por un percance de este tipo es un mal trago que no se desea a nadie. Rápidamente recibió el apoyo de distintos hermanos mayores y personalidades que llegaron al lugar de la noticia.
El alcalde Francisco de la Torre, que minutos antes levantó el trono de la Virgen de Gracia dando los toques de campana y sumándolo así a su lista, mostró su ánimo y apoyo a la hermandad. El hermano mayor de la Sentencia, Eduardo Pastor, que vestía su túnica, no se separó de Pipo hasta que pasó su cofradía para acabar fundiéndose en un emocionado abrazo.
En Unas andas
Pipo tenía claro que la Virgen iba a volver a su capilla de la calle Agua. “A hombros, a brazo o con un tío agarrado a cada barra de palio pero la Virgen no se queda aquí” declaró. La medida que se adoptó fue traer las andas que se utilizan para trasladar a la imagen. La Virgen fue bajada del trono y preparada para ser trasladada. Mientras, el cortejo dio media vuelta. El Señor maniobró en la calle Tejón y Rodríguez para subir Carretería.
Pero ¿hubiera sido descabellado continuar el recorrido con el Señor en su trono y la Virgen en unas andas? La Málaga cofrade, que es de lo más juiciosa, también entiende las situaciones. La Virgen de Gracia necesita muy poco para ganarse el respaldo de todos sin excepción.
El nuevo y obligado cortejo lo abrieron los nazarenos del Rescate, a continuación iba el Señor en su trono con la banda de música de La Pepa, de Alhaurín el Grande. A continuación los nazarenos de la sección de la Virgen que daban paso a la María Santísima de Gracia llevada a brazo en sus andas. Parece que hubo unión entre la imagen y el público ya que cada vez que se bajaba las andas, éste guardaba un silencio respetuoso que se rompía con aplausos cuando la Señora volvía a andar. La banda de la Esperanza puso las notas musicales.
Más atrás, los portadores llevaban el trono de la Virgen con la máxima cautela posible y con las miradas clavadas en el palio, bordado por Joaquín Salcedo, según diseño de Fernando Prini. No faltaron las lágrimas. El camino se hizo muy amargo.
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