"Me siento preparada para tomar el relevo, con toda la humildad"
laura berrocal.Primera teniente hermano mayor de la Archicofradía de la Sangre

-con su padre como hermano mayor de la Sangre, ¿su vinculación a la cofradía fue desde la cuna?
-Cuando yo nací mi padre era hermano mayor, así que lo llevo en la sangre. Aquí he crecido en el mundo cofrade. Además cuando era pequeña mi padre fue vicepresidente de la Agrupación, por lo que nuestra vida cofrade era muy activa.
-¿Y eso quita el miedo o impone respeto a la hora de implicarse en los órganos de gobierno?
-A mi me impone mucho respeto. He aprendido que la responsabilidad de un cofrade que tiene el privilegio de regir el destino de su cofradía es muy importante y difícil, por lo que el compromiso debe de ser muy alto. Siempre está el miedo al error, al tropezón, por el cariño que le tengo a la cofradía.
-¿Ser primer teniente hermano mayor en una cofradía como la Sangre qué supone?
-Supone muchísima responsabilidad pero también una suerte poder representar a tu cofradía tanto en el seno de ella como fuera. Tanto mis compañeros de junta de gobierno, hermanos de la cofradía y miembros de la Agrupación me lo han puesto muy fácil, me ayudan y me quieren y eso hace que sea más liviano el día a día.
--¿No ha sentido, por tanto, brecha de género?
-No, en ningún momento. Me siento igual que mis compañeros, tratada como una igual.
-¿La segunda de abordo significa ser el relevo natural para hermana mayor?
-No siempre es así. Aunque va implícito que un hermano mayor cuando comienza su segunda legislatura considere como una buena opción a la persona que vaya detrás de él. Es lo lógico. Pero en este caso está en mi mente y en la de muchos compañeros que así sea. Dios dirá. Yo soy muy prudente, hay que ir paso a paso hasta el mes de junio. No me gusta ser protagonista antes de tiempo.
-¿Pero se siente preparada?
-Sí, me siento preparada para hacerlo, con toda la humildad del mundo.
-¿Cómo casan pasado y futuro en la cofradía más antigua de Málaga?
-Pues hay que irse adaptando a los cambios sociales, temporales y de gustos pero manteniendo siempre la esencia de la archicofradía, dejando evidente la importancia de esta entidad pero sin quedarnos anclados en el pasado. Tenemos que ir adaptándonos, aunque no nos solemos destacar por cambiarlo todo de un golpe. Solemos estudiarlo todo, hacer distintas pruebas, no nos lanzamos al vacío. Sí que hacemos bastante crítica interna para ir mejorando año tras año.
-¿Y cuál es la esencia de la Sangre?
-Para mí lo es todo, es el Miércoles Santo, un gran día por todas las hermandades que lo conforman, dar ejemplo en la calle y, en definitiva, ser una cofradía seria en la que todos los componentes que realizan la estación de penitencia den manifestación pública de fe. En cuanto a las particularidades de la procesión, la Sangre no podría realizar la salida de una manera distinta a la que lo hace, por metros no podemos hacer otra cosa. El encierro también es un punto complicado, porque en dos aceras no se puede hacer por seguridad. Son tronos grandes, con 250 hombres en cada uno. Estamos muy orgullosos del submarino que llevan ambos tronos y que hacen una labor impresionante, contagian su devoción al resto.
-Dice que los cambios son complicados, ¿hacia donde va la cofradía?
-Tiene que ir adaptándose poco a poco a lo que la ciudad va reclamando, a la importancia de la música, la incorporación de la mujer, que ya en esta cofradía hay una mujer en el trono del Cristo, como ya lo hicieron en las filas de nazarenos seguro que se irán incorporando bajo los varales. Habrá que reinventarse día a día para conseguir los distintos logros, las situaciones económicas son complicadas, tenemos menos mecenazgos, es más difícil pero habrá que hacer actividades constantemente, lo que también ayudará a abrir las puertas de la casa hermandad y vivir todo el año en comunidad.
-También trabaja en la comisión de Infancia y Juventud de la Agrupación. ¿Hay que llamar a las nuevas generaciones?
-Sí, hay que llamarlas. Creo que es muy importante que nos vayamos metiendo en la vida de los niños y jóvenes. Estamos ahora mismo en un ciclo no muy positivo desde el punto de vista del cristianismo y creo que es un papel muy importante el que juegan las cofradías de evangelizar, de enseñar quiénes y qué somos, muchas veces la idea que se tiene es totalmente errónea. Hay que informar a la gente, muchos no saben las labores, por ejemplo de caridad, tan vitales que realizan las hermandades. Y abrirnos a los demás, hay que llamar a todas las puertas.
-¿Qué supone un día como hoy?
-Para mí es el día más grande del año, pero es un día de incertidumbre, de nervios, se mira al cielo, la responsabilidad con respecto al desfile es altísima, y saber que mis Titulares van a bendecir a los malagueños y visitantes y que estoy haciendo una manifestación pública de fe es lo más grande. Aunque no disfruto al 200% del día por la responsabilidad y el deseo de perfección que uno tiene. Pero es muy bonito ver los nervios y el deseo en las caras de nazarenos y hombres de trono, es amor, devoción, nervios, una mezcla grande.
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