Dieciséis personas de nacionalidad húngara, la mayoría estudiantes, murieron calcinadas al quedar atrapadas en el autocar en el que viajaban de regreso a su país tras pasar unas vacaciones en Francia y que se incendió al chocar contra un pilar cerca de Verona (al norte de Italia). Los bomberos confirmaron ayer este balance aún provisional y cifraron en 39 los heridos, de los que uno está en coma y 12 presentan lesiones graves.
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