Granada

Los videojuegos no son tan malos

  • Un trabajo de investigación de la UGR demuestra que pueden representar "un vehículo pedagógico muy útil para motivar la autoeficiencia", lo que mejora el rendimiento académico, y se pueden aprovechar en enseñanza

Los videojuegos, satanizados como una bestia negra en la educación de sus hijos, pueden llegar a tener una influencia positiva para los menores y, utilizados de forma moderada, no perjudicar su rendimiento académico. Un trabajo de investigación realizado en el Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad de Granada (UGR) ha desmontado los tópicos.

El equipo de investigación está compuesto por Ángeles Llorca Díez, investigadora de la UGR, María Dolores Álvarez Rodríguez, también de la UGR, y Mª Ángeles Díez Sánchez, de la Universidad de Salamanca ha desmontado las teorías más catastrofistas de que rodean a uno de los juguetes estrella de las nuevas generaciones.

El trabajo investiga si las actitudes de los usuarios ante los videojuegos y la forma en que los utilizan repercuten en variables cognitivas, en concreto en la inteligencia espacial, la autoeficacia y el rendimiento académico.

Para realizar esta investigación, Llorca Díez analizó una muestra formada por 266 participantes con edades comprendidas entre 11 y 16 años, junto con sus correspondientes progenitores, padres o madres (266). A todos los menores se les hizo una entrevista semiestructurada, una encuesta sobre uso y preferencias con los videojuegos, dos test de inteligencia y un inventario de autoeficacia. Los padres rellenaron una encuesta sobre opinión, conocimiento y actitudes personales ante los videojuegos.

La investigación ha revelado que los varones no sólo juegan más que las chicas, sino que empiezan desde muy pequeños, un resultado que podría estar relacionado con una influencia claramente cultural. Además, también se ha observado que los participantes, a medida que juegan con mayor frecuencia, lo hacen más tiempo, lo que a juicio de Llorca Díez "confirma la preocupación de algunos investigadores sobre la posibilidad de que algunos videojuegos creen adicción".

Más de la mitad de los padres tiene una opinión desfavorable sobre los videojuegos, pero, si embargo, siguen adquiriendo este tipo de ocio para sus hijos, y no adoptan criterios de protección en el momento de comprarlos. Tan sólo, en el mejor de los casos, respetan la edad recomendada.

Ángeles Llorca cree que los videojuegos pueden representar "un vehículo pedagógico muy útil" para motivar la autoeficacia, una variable que mejora el rendimiento académico. Para ello, es necesario fomentar en padres, docentes y tutores el conocimiento de este tipo de ocio tecnológico como parte de la comunicación visual y de su utilización por parte de los menores para aprovechar su motivación en el ámbito de la enseñanza.

La investigadora de la UGR considera "fundamental" que se realice una tarea de divulgación de las nuevas tecnologías entre padres y educadores, sobre todo, "de la realidad de los menores en estos medios, su uso y disfrute, para aprovechar las ventajas que estos juegos ofrecen y protegiéndolos de los posibles abusos y peligros".

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