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Baxi Manresa - Unicaja: Un equipo indestructible (77-88)

El Unicaja celebra el triunfo en Manresa.

El Unicaja celebra el triunfo en Manresa. / ACB Photo

En una lección de competitividad extrema, un ejercicio de supervivencia salvaje, el Unicaja consiguió en Manresa una de las mejores victorias de la temporada, y van ya muchas y muy buenas. Ante un equipo en forma excelsa y despojado de presión, el granítico bloque de Ibon Navarro salió ileso de una tormenta, truenos y rayos, cuando el cuadro de Pedro Martínez dominaba el encuentro (38-18) mediado el segundo cuarto y la impotencia atenazaba. El Baxi había conseguido colapsar el ataque, en estático y en transición, y percutía y hacía daño. Pero este Unicaja es un equipo indestructible, con puño de hierro y mentón aún más duro para aguantar. Qué manera de jugar al baloncesto, qué últimos 25 minutos. Hay pocos en Europa que puedan fluir así en el mes de abril. El parcial en ese periodo fue favorable por 31 puntos (77-88). Y eso tiene mucho mérito ante un conjunto con mayúsculas como es el catalán, aunque por presupuesto y por nombres pueda no ser temible. Venía de ganar con autoridad en el WiZink.

¿Dónde están los límites del Unicaja? Es el momento de probarlo, estos dos meses finales de competición, en la BCL y la ACB. Despojado por una indisposición de su jugador más en forma, Dylan Osetkowski, se sobrepuso a esa tara y a un arranque de partido muy deficiente. No se ha visto esta temporada tan zarandeado al elenco malagueño. Por un momento pudo recordar a aquella eliminatoria de BCL dos años atrás, cuando el inicio de partido fue 30-3 en el Nou Congost. Una pista caliente y enardecida, llena porque el equipo local divierte y juega mucha y también porque enfrente está un Unicaja llamativo. Intentaba probar soluciones Ibon, pero no había respuesta. Se perdía el rebote, no se metía desde fuera (4/20 en tiros en el primer cuarto) y, dentro del ritmo vertiginoso de los dos equipos, se imponía el manresano, con sus pívots haciendo daño en continuaciones y rebotes. Llovía mucho y el partido parecía escaparse. 38-18 mandaba el Baxi mediado el segundo cuarto (20-8 fue el parcial en los 10 primeros minutos). Fallaba el Unicaja tiros cómodos, pero también había que conceder crédito a un rival con una idea concreta y con un método que amenazaba con sacar del parqué. Bailaba el Manresa, pero el Unicaja encontró una rendija al final del primer tiempo para resguardarse. Dos triples de un Kendrick Perry muy mejorado respecto al último mes ponían a 10 puntos (41-31) en el receso.

Y ahora el Unicaja se convirtió el tormenta y el Manresa en el Unicaja del primer tiempo. Los ajustes defensivos de Ibon surtieron efecto y el Manresa ya no metía. Y el Unicaja empezó a volar y crecer. Gigantesco Kameron Taylor, un jugador total. Enorme Ejim elevando el nivel físico como le gusta. Perry lúcido y Carter matador. Aparecía Kalinoski con un triple, Kravish metía los tiros que fallaba en la primera mitad. Ritmo, tensión, rebote. Y correr. El Unicaja bordaba el baloncesto y se colocaba siete puntos arriba (48-55). Regresaba el Manresa en los últimos minutos del tercer cuarto (56-55).

Y la decisión llegó y el Unicaja agarró el partido de la solapa. Encontró a Will Thomas, hasta entonces frenado, para jugar la línea de fondo y el poste bajo. También fluidez y espacios para ajusticiar desde el triple. Carter, Perry, Taylor, otra vez. También Ejim. Y ya sólo había un equipo sobre la pista, con Perry cabalgando con una bandeja y una asistencia para mate de Carter (71-86). El Unicaja había ganado por 31 puntos de diferencia los últimos 23 minutos de encuentro. Si había alguna duda, el equipo malagueño es candidato para pelear lo que sea en este play off. No es meter presión innecesaria, es una realidad. La pista no engaña. Y es un equipo indestructible.

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