Unicaja

Carlos Alocén, cerrar el círculo en Málaga

Carlos Alocén, en el momento de su lesión

Carlos Alocén, en el momento de su lesión / ACB PHOTO / M. POZO

La progresión de Carlos Alocén se frenó en seco un 13 de febrero de 2022, durante aquel Unicaja-Real Madrid que supuso el estreno de Ibon Navarro en el banquillo malagueño. En el Carpena, parqué que le atizó un mal gesto de rodilla, durante una penetración a canasta, choque previo con Alberto Díaz que acabó en el peor de los desenlaces: rotura de ligamento cruzado anterior y esa estupefacción porque todo se tuerce. Con fuertes gestos de dolor, lágrimas y un Carpena, aún en un entorno de pandemia, que dedicó una fuerte ovación a Alocén, secuencia con simbolismo, porque Alocén en esos tiempos estaba predestinado a ser un gran proyecto del baloncesto español. Todavía a tiempo, aún con 23 años, y después de pasar una etapa oscura. Una recuperación que duró 651 días, reestreno el pasado 26 de noviembre durante un Real Madrid-MoraBanc Andorra. Por plazos, se aproximó a jugar ante el Unicaja en el WiZink, pero Chus Mateo demoró un poco más esa vuelta. Sí que jugará en Málaga este domingo, la primera vez desde esa terrible lesión de rodilla, y que significará cerrar el círculo.

En una rotación que va variando en los madridistas, Alocén partió a Bolonia, jugando ante la Virtus en Euroliga, donde debería producirse una continuación en el Carpena, ante las bajas de Sergio Rodríguez, también de Rudy Fernández y Causeur. Doce minutos ante la Virtus, promedia seis en los nueve partidos que ya ha jugado en Euroliga, casi once en ACB. Poco a poco adueñándose de un espacio que siempre es difícil en el Madrid, aún le conllevará unos meses parecerse a ese Alocén que deslumbró en Zaragoza, dos veces Mejor Joven de la ACB (2019 y 2020). Scariolo lo llamó para la última Ventana, que ya supone otro paso en su proceso, acumulando competición, rodaje y una rodilla que por el momento responde, superando ese obstáculo de recaída. El Madrid tuvo toda la paciencia del mundo, esperar siempre un poco más para minimizar riesgos. "Estoy muy feliz con cómo está entrenando, con su comportamiento. Está trabajando muy duro. No es fácil volver de una lesión así. Lo único que le pido es que esté preparado para salir a la pista cuando cuente con él y está haciendo lo que le pido. Estoy muy feliz con él", decía un satisfecho Chus Mateo tras esa victoria en Bolonia. Alegría grande para el baloncesto español, con la expectativa de cómo irá creciendo en el Madrid. El club blanco le renovó el pasado verano, gesto parecido al del Unicaja con Lima.

"Cada día, cada entrenamiento, cada partido, con un poquito más de confianza. No sé si como antes. Después de tanto tiempo, soy diferente al Alocén de hace dos años. He trabajado muchas cosas. Claro que sigo siendo ese jugador alegre de antes, eso no va a cambiar, porque siempre me ha encantado el baloncesto, jugar y divertirme. Diría que me encuentro al 100%, pero mi 100% conforme vayan pasando días y partidos va a ir cambiando y va a ser mejor. Estoy intentando alcanzar esa mejor versión que creo que con el tiempo irá llegando. Soy diferente como persona. Cambian cosas de baloncesto o incluso profesionales en cuanto al deporte que antes no veía o no les daba tanta importancia. La lesión y el tiempo te hacen darte cuenta de cosas. Y luego soy diferente en cuanto a madurez, a cabeza, en cuanto a tomarme las cosas con perspectiva y darle importancia a lo realmente importante", reflexionaba Carlos Alocén hace unas semanas en una entrevista para El Mundo. Un partido en Málaga seguro particular para él.

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