Mundial sub 17

España-Estados Unidos, la final del oro imposible... o no (21:00)

  • La selección española sub 17, ya liberada, afrontará esta noche en el Martín Carpena de Málaga un partido generacional ante el invencible equipo americano

  • Cómo y dónde ver en TV la final

Aday Mara realiza en el España-Estados Unidos de Fuengirola en la preparación.

Aday Mara realiza en el España-Estados Unidos de Fuengirola en la preparación. / Francis Gonzalez / FEB

La historia del Mundial sub 17 arranca en 2010, en Hamburgo. La FIBA observaba que el Mundial sub 19 iba perdiendo potenciales jugadores en el escaparate. A esa edad ya pueden estar drafteados y algunos en dinámica de selección absoluta. Desde entonces, el evento ha cogido auge y aumentado el número de participantes, pero hay un hilo conductor y es la superioridad absoluta de Estados Unidos. Los estadounidenses han ganado los 43 partidos que han disputado en estas seis ediciones. El partido que ganaron por menor diferencia fue la final de 2014 ante Australia, por siete puntos (99-92). Allí estaba un tal Jayson Tatum. Después, dos partidos de fases de grupos ante Argentina (12) y Turquía (18). El resto, siempre por encima de 20 puntos. El promedio se acerca a los 50. En esta edición, Serbia (106-80) y Lituania (89-62) fueron los que menos lejos se quedaron.

La razón y los números indican que es imposible que España gane esta noche a Estados Unidos en la final del Mundial sub 17. El poderío físico y la exuberancia atlética de los americanos le dan vidas extras con el rebote de ataque, con muchas canastas fáciles tras robo. Normalmente, los equipos yankees empiezan tarde la preparación, a dos-tres semanas del torneo. Y van entrando en combustión conforme pasan el campeonato. En los cruces, las cifras son devastadoras también. Aumenta la concentración y los resultados. 

Pese a ello, hay una rendija de ilusión para que esta especial generación española. "Queda uno más", era el mensaje de los juniors de oro originales tras el partido ante Francia. El grupo de jugadores que cambió la historia del baloncesto español sabe de lo que habla. Su carrera vivió un cambio brusco la noche de Lisboa en la que ganaron el Mundial sub 19 de 1999. Después, como seniors, llevaron al Dream Team 2.0 a las cotas más altas de exigencia, pero no pudieron arrebatarle el oro olímpico, la última frontera no explorada del baloncesto patrio. Todo lo demás, sí.

Pueden darse esta noche unas condiciones brujas (21:00 horas, Teledeporte) en el Martín Carpena, una atmósfera especial que propicie que el guion habitual descarrile. Hace menos de dos semanas, el día 29 de junio, ambos equipos jugaron un partido amistoso en Fuengirola. Era un test, pero España plantó cara a los americanos y tuvo serias opciones de ganar el partido. Acabó perdiendo (69-73), aunque quedó el poso de que no había sido una casualidad y que podría haber una opción en un posterior encuentro en el torneo. Así lo vaticinaba Álvaro Folgueiras, el malagueño de esta selección. "Nos dimos cuenta del nivel físico que vamos a tener que igualar para competir cada partido. Si Estados Unidos se nos cruza estoy seguro de que vamos a dar el callo. Y será un partido en el que competiremos", decía el paleño. 

España ha ido madurando, con golpes y magulladuras. Perdió horas antes del torneo a Pablo Navarro por lesión. Un exterior del Valencia que había sido titular en toda la preparación y que precisamente ante los americanos jugó un primer cuarto de locura. Ahí se lesionó. Habrá 13 medallas porque él también merece una. Llegó la derrota en el primer partido, ante Lituania, en Alhaurín de la Torre. Las lógicas dudas porque era una generación que está jugando estos días sus primeros partidos oficiales como grupo. Ni el Torneo de la Amistad sub 15 ni el Europeo sub 16 se celebraron por la pandemia. Y tampoco se pudo jugar el Youth Challenge alternativo por un brote de covid en el equipo el verano pasado. La sensación de que había presión y de que los chavales no estaban del todo sueltos existía fuera y dentro. Pero es también parte del crecimiento de un bloque, esa exigencia. A raíz, el equipo ha ido superando obstáculos crecientes en dificultad. El camino de cruces le ha curtido muchísimo, desde ese arranque (0-10 de salida) ante Canadá, pasando por la durísima selección australiana y la sinfonía final ante Francia

La rotación española es corta, ocho jugadores en la práctica. Invitaba a pensar que podía sufrir problemas ante australianos y franceses en un final igualado. El último cuarto de cada partido fue demoledor (21-11 y 22-5) para España. El punto extra de adrenalina por jugar en casa es un plus. Ahora, el videojuego sube a nivel leyenda ante Estados Unidos, un conglomerado de jugadores de gran proyección y con innegables cualidades y talento. Sin ofrecer fisuras evidentes, toca percutir a ver si hay alguna vía de agua. Será un gran noche, pero puede ser histórica.

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